La gobernadora ostentosa mientras los empleados públicos marchan reclamando mejoras salariales

Por: U.H
Los pobres caminan como promesantes por entre las calles de la ciudad, rogando a la divinidad deje caer unas migajas más al suelo de un banquete que se desarrolla en la mesa principal, en esa sobre la cual se despliega a diario un accionar orgiástico de sobreprecios, corrupción y complicidad, sodomizando a un pueblo pobre que no llega a cubrir las necesidades mínimas.

Pero igual, ahí va, peregrina en su ruego de grito mudo para un poder sordo que no escucha por los alaridos de la fiesta y esa acción se repite una y otra vez. Pero el cerebro es “ÉL”, la construcción de la suma del poder político y económico es de su autoría. Ha convertido a los pobres elegidos en nuevos ricos agradecidos y a los ricos de siempre los ha beneficiado hasta la máxima exaltación, entonces, todos dependen de su favor, de lo contrario, podrían desaparecer con sólo un chasquido de dedos. Y ahí van, siguen marchando los menesterosos por las calles de la ciudad, es más, mientras se escriben éstas líneas ellos están caminando, pero nadie los escucha porque no cuentan en esta historia, no son parte de la elite, de los pocos, de los elegidos. Este medio en reiteradas oportunidades ha mostrado y documentado los caros gustos de la Gobernadora de la provincia Claudia Ledesma Abdala, “Hermes”, “Louis Vuitton”, todas marcas valuadas en euros que ella usa de modo casual. Y ahí van, siguen marchando los necesitados, pero nadie los ve, solo el policía atento que los sigue de cerca para propinarles el golpe oportuno si se excede en su pedido de dignidad, no sea que se vuelvan chúcaros después, ya que es menester mantenerlos mansos. “Todos estamos aquí porque… Creemos… Que la pobreza es intolerable en un mundo de abundancia. Y todos estamos aquí porque estamos convencidos -más bien sabemos- que podemos terminar con la pobreza en el espacio de nuestra vida, con nuestras propias manos y nuestras propias mentes”, decía Kofi Annan, un ghanés que supo de pobreza. Y ahí van, ya cansados de andar los infortunados.

Claudia Ledesma al desnudo
El día de la cadena nacional de Cristina Kirchner en Casa Rosada, lugar donde abrevan los poderosos que apoyan el modelo, la máxima autoridad del ejecutivo provincial se mostró con un colgante Coco Chanel, que seguramente como en anteriores oportunidades, de ponernos a escudriñar daríamos cuenta de un costo obsceno, que explica el por qué de la ecuación pueblo pobre-representante rico, pero ya no es necesario. Ahí van, caminando, los pobladores inquietos a reclamarle su impudicia a las puertas de la casa de gobierno y aunque el policía atento le impide el paso, pueblo hambriento y gobernante saben quién se queda con lo que al otro le corresponde. Claudia Ledesma Abdala de Zamora cada vez que viste su cuerpo, desnuda su esencia, la misma que la lleva a mostrarle al santiagueño que se caga en sus necesidades, pero, ahí van siguen su curso los desheredados, rumbo a la súplica eterna caminando a ningún lado.