El colegio de abogados santiagueño, cómplices de los atropellos judiciales de la provincia

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En mi permanente lucha contra todo tipo de corrupción en la Republica Argentina, hoy radicado en la Ciudad Capital de Santiago del Estero, y tras haber sufrido como muchos de mi colegas letrados indignas resoluciones judiciales y del ministerio fiscal tan injustas como irracionales, me permito afirmar que la Administración de justicia actual en la Provincia de Santiago del Estero, se ha convertido en un monstruo sin corazón, que obvia su objetivo fundamental -garantizar los derechos individuales y colectivos de los ciudadanos mientras salvaguarda los intereses particulares del poder económico, político y social.

La fotografia expone los concetptos del articulo, el presidente del colegio de abogados, junto a los gobernantes mas corruptos y manipuladores de la justicia santiagueña.

Es asi como construyen desde el poder ejecutivo, un muro procesal basado en la manipulación continuada de la legislación procesal y jurisprudencia que provoca la repetida infracción del principio de igualdad y el derecho a obtener la tutela judicial efectiva de los tribunales y juzgados que legítimamente ostentan los ciudadanos.
 
Y yo me pregunto como muchos españoles:
A) ¿Por qué no persiguen Uds a los verdaderos delincuentes sin importarles su credo o posición económica?.
B) ¿Cómo puede este sistema judicial utilizar la impresionante formación jurídica de sus Magistrados, Jueces y Fiscales en la construcción de muros procesales que facilitan la impunidad de los delincuentes por el simple hecho de ostentar el poder económico , político o social?.
C) ¿Cómo pueden tolerar la esclavitud intelectual de generaciones completas de buenos profesionales del derecho privándoles de sus derechos y Libertades Fundamentales (indefensión, acceso a la tutela judicial efectiva, Libertad de Expresión, etc.)?.

Todos los profesionales que tenemos la oportunidad de trabajar cada día para garantizar los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos tenemos la obligación moral y profesional de buscar permanentemente la justicia material para conseguir una satisfacción muy superior a la que representa nuestra retribución económica por el servicio prestado.
Como profesional del derecho me niego a seguir bajo el silencio cómplice, por ello invito al Colegio de Abogados a salir a defenestrar estos fallos que nada bueno realizan al Sistema Democrático de Gobierno.