Desde el comienzo de la campaña, la aspirante a ocupar el cargo a intendente de la ciudad de La Banda por el F.C Mariela Nassif y el actual Presidente provisional del senado Gerardo Zamora, recorren como alma en pena la ciudad de las fincas perfumadas con una especie de muletilla, “VAMOS A DEVOLVERLE LA DIGNIDAD A LOS BANDEÑOS”.
¿Acaso ambos personajes consideran a nuestros vecinos “INDIGNOS”? Es que la lógica indica que uno ofrece a alguien brindarle un beneficio o un bien del cual adolece, del que carece o les es escaso ¿lo hacen desde la superioridad del santiagueño capitalino? ¿Por qué no les dio dignidad cuando era gobernador ya que las obras que hoy ofrece a futuro cloacas, gas, agua, etc., estaban dentro de su esfera y pudo darles
“dignidad” desde el primer día de su gestión como jefe del ejecutivo provincial allá por 2.005?.
A fuerza de ser sinceros, en realidad van a ofrecer algo que podrían haber dado durante 9 años, en otras
palabras los postergó por casi una década y lo que sigue a estas afirmaciones es preguntarse ¿por qué?, la respuesta es que quizás Gerardo Zamora consideró a La Banda como a un territorio hostil, una especie de lacra colectiva, ciudadanos de segunda, enemigos fusionados a los que había que destratar por el sólo hecho de estar gobernada por el que considera un archi enemigo. Chabay Ruiz encarna todos sus odios y el ex gobernador nunca supo distinguir la diferencia entre disidencia y enemistad, por lo que la segunda ciudad de la provincia representa para él “la indignidad”, además parece creer que no son capaces de gobernarse.
Por todo lo antes detallado “el dueño” decidió presentarles una candidata santiagueña que quizás nunca logre interpretar la esencia de la necesidad del bandeño y es probable que ni siquiera lo intente, ya que será un simple brazo ejecutor de un modelo, una plantilla utilizada en la Capital que se repetirá del otro lado del río, una marioneta detrás de la cual una mano anónima manejará los destinos que sus padres y los padres de sus padres supieron forjar. En esta especie de Boca-River en el que Zamora supo convertir a dos pueblos hermanos, no le incluyó la variante del amor por su ciudad que el habitante de esa margen rivereña ha desarrollado a lo largo de su historia.
Desde que cortaban la luz a las 12 de la noche porque la apagaban desde la usina hasta el día siguiente y debían salir en verano a mitigar los calores impiadosos en la vereda, por ello se hicieron fraternos o por otras tantas cosas es que no se olvidan más. Que se llaman por su nombre y hasta por su sobrenombre como si estuvieran en casa porque además allí están. Que sabe del “veredón”, “la Alambra” el “Centro Recreativo”, “la estación”, que puede conocer de Don Gabriel Ábalos, Don Sigifredo Biaggio, Dagoberto Díaz, “ Don Chito”, los Ganggitano, ,Don Damasso Costas, Clámades y Faustino Herrera, “Chiquito” Medina, los Manfredi y Casciolatti, los Catálfamo con sus autos de carrera y de los otros también.
La Banda es un fenómeno que nunca se rindió ante ningún poder foráneo, ante los único que se arrodillan los bandeños es ante su pertenencia, esa ciudad es más que calles, casas, habitantes, no es un sitio de conquista para extender como general romano en busca de poder, son únicos, es La Banda
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