Ricardo LafferriereRadicales de todos los matices han triunfado en todos los comicios locales realizados en Argentina luego de las elecciones nacionales en la que fueron elegidos Cristina Kirchner y Julio Cobos como Presidenta y Vicepresidente de la Nación, respectivamente.
Curiosamente, en todos esos comicios las situaciones políticas fueron diferentes.
El primero de ellos fue la comuna de San Carlos de Bariloche. En esa localidad rionegrina, el radicalismo local, opositor, derrotó al peronismo que detentaba la administración de la comuna, y a la lista de la Coalición Cívica. En la provincia de Río Negro el radicalismo provincial tiene a cargo el gobierno del distrito y está alineado nacionalmente con el peronismo “K”, a pesar de lo cuál el gobierno nacional había respaldado la candidatura justicialista en la localidad.
La siguiente elección se dio en la localidad cordobesa de Rio IV. Allí el oficialismo municipal era expresado por el peronismo “no K”, liderado por el ex gobenador José Manuel de la Sota. El radicalismo de Rio IV era opositor y, articulando una alianza con una fuerza local, triunfó frente al peronismo y también frente a la lista de la Coalición Cívica. El gobierno nacional había respaldado la candidatura justicialista y lo propio había hecho el gobierno provincial de Córdoba.
Posteriormente, se realizó la elección de Santa Rosa, ciudad capital de la provincia de La Pampa. En este caso, el radicalismo no había triunfado nunca en esa comuna -tampoco en esa provincia- desde la recuperación democrática. Sin embargo, esta vez derrotó claramente, por más de diez puntos, a los candidatos justicialistas que contaban con el respaldo del gobierno nacional y del gobierno de la provincia.
El caso siguiente fue Santiago del Estero. El gobernador radical Gerardo Morales, alineado con el gobierno nacional, triunfó ampliamente en su objetivo reeleccionista frente a una lista opositora liderada por el también radical José Zavalía -respaldado a su vez por la estructura nacional del radicalismo-, frente a una lista peronista que también contaba con el respaldo disimulado del gobierno nacional, y frente a una lista de la Coalición Cívica.
El gobierno nacional, en este caso, si bien exhibió este triunfo como propio, no tuvo mayor participación ante la fuerte provincialización de la elección motorizada por el gobernador reelecto y su respaldo a la lista peronista de ínfima perfomance final.
Por último, en la provincia de Catamarca, el radicalismo triunfó ampliamente, también por más de diez puntos, frente al peronismo local, que recibió un fuerte apoyo del ex presidente Kirchner con su participación directa y protagónica en la campaña electoral y con una fuerte ayuda que incluyó, además del propio Néstor Kirchner en el acto proselitista central, las visitas de varios Ministros nacionales y la distribución directa de ayuda social clientelizada. Una lista peronista disidente de mínima expresión y una pequeña expresión electoral de la Coalición Cívica completaron la escena.
Es difícil encontrar comunes denominadores en estos procesos, porque como vimos en todos ellos las situaciones políticas fueron totalmente diferentes. Han existido administraciones radicales reelectas o ratificadas -Santiago del Estero y Catamarca-, opciones radicales opositoras triunfantes frente al peronismo gobernante localmente -como San Carlos de Bariloche, Rio IV y Santa Rosa-; radicales alineados nacionalmente con los Kirchner -Santiago del Estero-, radicales “ex - K” alejados del conglomerado oficialista nacional -Catamarca-, radicales fuertemente opositores -Santa Rosa- y radicales opositores frente al peronismo no kirchnerista -Rio IV-.
Los triunfos, a su vez, se han dado en situaciones territoriales totalmente diferentes, ya que se expresaron en realidades tan diversas como la tradicional Santiago del Estero (”madre de ciudades”, de fuerte tono tradicionalista), en el corazón de la “pampa húmeda” que conforma el núcleo productivo del país (Rio IV y Santa Rosa), en la moderna y turística San Carlos de Bariloche y en la andina y tradicional provincia de Catamarca.
Como se ve, se hace difícil seguir una línea de análisis que detecte situaciones similares. Aunque en todas las situaciones tuvo escasa influencia la estructura nacional del viejo partido, lo que unió a todos los procesos fue el resultado: en todos ellos los candidatos triunfantes expresaron diferentes matices de la Unión Cívica Radical.
Curiosidades argentinas, tratándose de una fuerza política que hace apenas seis años obtuvo su perfomance histórica más catastrófica -el 2 % de respaldo popular en las elecciones presidenciales con la candidatura de Leopoldo Moreau- pero que se está ratificando como una corriente de profundo arraigo en el escenario territorial del país.
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