El Santiago del Estero oculto

Santiago del Estero continua siendo en muchos aspectos una ciudad medieval, si la comparamos con las del resto del país. Los progresos logrados en los últimos ocho años que por cierto lo fueron de bonanzas generalizadas al concierto nacional, se ejecutaron en obras, cuales lejos estas de satisfacer la necesidades básicas de sus habitantes.

Gobernador Zamora, financiador de infraestructuras faraónicas en beneficio de unos pocos selectos inversores, con capitales o inversiones de dudoso origen

Veamos, según el último censo nacional, somos la cuarta provincia después de Formosa (28,0%), Chaco (27,6%) y Salta (27,5%) con mayores necesidades básicas insatisfechas (NBI) con el 26,2%, casi duplicando el promedio del país (14,3%). Pero con una particularidad propia, tenemos el mayor alto porcentaje de hogares con NBI que no tienen provisión de agua en la vivienda, o lo que es lo mismo: seis de cada diez hogares no tienen acceso al agua por red pública en sus viviendas desde el punto de vista de infraestructura habitacional. Si lo manifestado (NBI – agua) lo traducimos en términos poblacional, la ecuación no es mejor. Bajo esta perspectiva tenemos que: siete de cada diez santiagueños no tienen acceso al agua por red pública dentro de su vivienda. También debemos tener en cuenta por obvias razones sanitarias que apenas un 15% de la población viven en hogares con servicio sanitario con cloacas, muy lejos al 42% del promedio nacional sobre el resto de las provincias que cuentan con aquel elemental servicio. Con el agravante que representa en su población contar con un 20% de familias que viven en viviendas tipo “ranchos”, muy lejos de la media nacional que alcanza solo al 2,67%. En tanto que otro gran sector de su población (40,37%) viven en vivienda tipo casa “B”; y, si sumamos a ello la dramática realidad que registra casi un 25% de su población rural dispersa, es decir no viven en ningún asentamiento poblacional, o como es decir, "andan perdidos por el monte"

La realidad nos demuestra que muy lejos estamos de pretender ser el “portal del NOA” como algunos políticos afirman. Poco o nada se hizo en estos últimos 8 años de bonanzas económicas para superar los históricos problemas de nuestra gente; son miles los santiagueños que aun continúan penando ante la escasez del vital elemento de vida, bebiendo agua con altos contenidos de arsénico con las conocidas toxicas consecuencias en su salud, “enfermedades gastrointestinales”, que es su mayoría derivan a la muerte y que los médicos de los hospitales públicos, tienen prohibido dar a conocer en público esta problemática.

Ante esta cruda y real situación vale preguntarnos ¿Cuál debe ser el rol prioritario del Estado? Solamente de constructor o financiador de infraestructuras faraónicas en beneficio de unos pocos selectos inversores, con capitales o inversiones de dudoso origen; o por el contrario, de una vez por todas asumir su verdadero rol en beneficio de toda su población y realizar las obras prioritarias para el bienestar de la gente?