Zamora los quiere empleados, pobres e indignos

Por;U.H
Santiago del Estero mutó desde el juarismo en una cuestión más perversa todavía que la creada por el viejo caudillo. Hoy los extremos son visibles y pululan nuevos ricos (los del círculo íntimo) “capitalismo de amigos” suelen llamarle, desigualdad sería la palabra más acertada, para el pobre circo y fusta, no sea que se encopete.

Y demostraciones constantes de poder se observan, la vara inflexible que les lacera la espalda cuando al tirano le viene en ganas, la salud del pueblo no interesa porque los ricos pueden pagarla y los pobres tienen lágrimas de sobra para llorar a sus deudos, a unos que el gobierno abandonó en centros asistenciales insuficientes, porque los considera fuera del sistema, no son parte del estado.

Los ricos no, los ricos se atienden en el “Hospital Austral” y zafan momentáneamente de la parca a fuerza de dinero, viven por la muerte del pueblo, jamás se atenderían o harían tal cosa con sus hijos en un hospital público provincial, son sabedores como nadie, que esos lugares están hechos para depositar enfermos, allí, no se pueden cerrar pisos completos con custodios y los mejores médicos del país, aquí están sólo los que quieren trabajar en ese rubro por vocación, por juramentos hipocráticos y por el prójimo con sueldos de hambre y persecuciones amenazantes ante el más mínimo reclamo de salarios dignos, sería plata tirada. Los negocios con los drogueros son para beneficios de éstos y no para llevar medicamentos a centros asistenciales.

Los excéntricos gustos de la gobernadora de la Provincia Claudia Ledesma en vestimenta y accesorios cuyos costos se cuentan por cientos de miles de pesos, “Carolina Herrera”, “Rolex”, “Louis Vuitton”, “Hermes”, “Coco Chanel”, todas marcas europeas de diseño y miles de dólares de costo.

 ¿Y para el pueblo?, para el pueblo las penas. Obscena, desafiante enfrenta las cámaras con 50 sueldos de un trabajador puesto en cada ocasión sin la más mínima vergüenza y es que es muy posible que carezca de ella.
Lo que le falta al pueblo, le sobra a sus gobernantes, no hay que ser un genio para saber dónde está la diferencia, por ello quieren eternizarse allí, atornillados a un sillón que les da la posibilidad de vivir del prójimo, del que en definitiva le dio el poder para ser representantes y que luego recibe como pago de quien debiera ser su empleado las amenazas de quitarle lo único que le da un par de días al mes de dignidad, SU TRABAJO, sin tener en cuenta que esas migajas que les dan en forma de favor, es a la vez la trampa a través de la cual los tienen prisioneros.

“Los derechos humanos se violan no sólo por el terrorismo, la represión, los asesinatos, sino también por la existencia de condiciones de extrema pobreza y estructuras económicas injustas que originan las grandes desigualdades” dice el Papa Francisco. Pero que importa eso cuando desde el pináculo del mundo alguien enfermo de poder cree que es el dueño de la vida y hasta de la muerte de sus gobernados y piensa además que la manera de mantenerlos en el redil es como empleados, pobres e indignos.

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