El gobernador Zamora analizó la realidad provincial y realizó un
balance de su gestión. En este sentido, el mandatario opinó que Santiago
mejoró “ostensiblemente” en los últimos años, siendo prueba de esta
supuesta transformación el impulso de la soja y la producción ganadera.
Según
Zamora, las obras de infraestructura han permitido modificar la matriz
económica de la provincia, “que antes era el pago de los sueldos
públicos y hoy somos la quinta productora de soja, la primera del
Noroeste en ganado vacuno”.
De esta manera, el gobernador,
aferrándose a estos índices en materia agropecuaria, prefirió ignorar
que durante su mandato se ha logrado triplicar la burocracia estatal
heredada del juarismo, existiendo, por ejemplo, nada menos que 100.000
contratos de locación de servicio en la actualidad.
Por otra
parte, al referirse al crecimiento del sector agrícola evitó aclarar que
el grueso de los campos santiagueños son explotados por grandes
productores foráneos que, lejos de reinvertir sus rendimientos en
Santiago, generan un constante flujo de ganancias hacia afuera de la
provincia. También le faltó mencionar que buena parte de las
explotaciones agrícolas son ilegales y se basan en la usurpación de
tierras fiscales y terrenos pertenecientes a comunidades campesinas,
ante la complicidad de los ojos estatales.
Tampoco dijo el
mandatario que Santiago, con una empresa privada cada 162 habitantes,
encabeza junto a
Formosa el ranking de jurisdicciones con menor
presencia empresarial, indicador que permite evaluar el potencial de
creación de empleo de calidad y distribución del ingreso. En este
aspecto, nuestra provincia ha sido incluso superada por Catamarca,
Jujuy, Chaco, San Luis, Misiones y Corrientes, entre otras.
En el
ámbito laboral miró para otro lado, olvidando que Santiago del Estero
es la provincia con los peores sueldos del país y una de las más
afectadas por el trabajo “en negro”, la subocupación y el desempleo.
En
materia de infraestructura, no hizo referencia Zamora al 41% de los
hogares santiagueños que no tienen agua, ni al 80% de familias sin
cloacas ni gas natural, con un cuarto de la población que, en pleno
siglo XXI, todavía utiliza leña para cocinar.
Sin embargo, para el mandatario el avance sojero sería suficiente para medir el desarrollo provincial.
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