Cristina Kirchner podría 
acelerar un proyecto de ley para sancionar con penas de entre uno y tres
 años de prisión por discriminar mediante comentarios en sitios de 
Internet.
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| Diana Conti y Juliana di Tulio. | 
El proyecto fue firmado por los diputados Kirchnerista y Sciolistas Remo Carloto, Diana Conti, Carlos Heller y Andrés Larroque. Por presión directa de la Casa 
Rosada lo retomaron, pese a las advertencias de distintos sectores que 
podría abrir una vía para coartar la libertad de expresión.
Asi cualquier comentario publicado en Internet podrá 
ser considerado un "acto discriminatorio" y se invertirá la carga de la 
prueba (quien sea acusado de discriminador deberá demostrar que no lo 
es); las páginas web, blogs, redes sociales, agencias de noticias, 
medios de prensa, diarios 
online, revistas electrónicas y demás 
medios digitales deberán instar expresamente a sus foristas a evitar 
esos comentarios, serán responsables por lo que se publique en esos 
espacios y tendrán que "adoptar las medidas necesarias para evitar la 
difusión de contenidos discriminatorios", lo que podría ponerlos a un 
paso de la censura previa.
Ésta es la síntesis de un proyecto de 
ampliación de la ley antidiscriminación en vigor -sancionada en 1988- 
que avanza rápidamente en la Cámara de Diputados y que integra partes de
 distintos textos propuestos por los legisladores kirchneristas Remo 
Carloto, Diana Conti, Carlos Heller y Andrés Larroque. Básicamente, la 
iniciativa amplía enormemente el concepto de "acto discriminatorio" e 
incorpora Internet y los medios de comunicación al alcance de la 
normativa.
Aunque sus promotores pertenecen al corazón mismo del 
kirchnerismo, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), presidido
 por el también kirchnerista Horacio Verbitsky, expresó en octubre 
pasado su "preocupación" al argumentar que la propuesta "pasa por alto 
estándares vinculados a la libertad de expresión". A pesar de esa 
posición pública, que refleja divisiones en el propio oficialismo, el 
proyecto ya tiene dictamen favorable de la Comisión de Derechos y 
Garantías, y avanza hacia las de Comunicaciones e Informática y de 
Libertad de Expresión. En síntesis, podría tener media sanción antes de 
las primarias.
El proyecto también crea una nueva figura penal 
-algo especialmente peligroso en el ámbito de la expresión de las ideas-
 al reprimir con penas de un mes a tres años los nuevos actos 
discriminatorios. A priori, los objetivos de la iniciativa son loables 
(lograr una sociedad mejor, más abierta y tolerante), pero su ambigua e 
imprecisa redacción deja la puerta abierta a todo tipo de abusos sobre 
la libertad de expresión individual, la libertad de prensa y el derecho a
 la comunicación de todas las personas.
En este ámbito, el 
kirchnerismo (unas veces en soledad y otras con aliados de la oposición)
 recorrió en la última década un largo camino de buenas intenciones 
legislativas desde la sanción de la ley de medios audiovisuales (en 
2009), la ley antiterrorista (2014) y la ley de telecomunicaciones 
(llamada Argentina Digital, de 2015), entre otras. Buenas intenciones 
que dieron lugar a peligrosas herramientas jurídicas que siguen en 
vigor.
Sin lograr demasiado que se los escuche, especialistas en 
libertad de expresión y regulación de Internet vienen advirtiendo en los
 últimos días sobre los peligros del proyecto de ley. "Si bien comparto 
el objeto de la proyectada norma, la manera que propone cumplirlo es por
 lo menos descuidada. Por ejemplo, de acuerdo con la redacción actual, 
pueden caer dentro del concepto de acciones discriminatorias ciertas 
expresiones permitidas de acuerdo con los estándares del sistema 
interamericano de derechos humanos. Además, insinuar que se deban 
remover contenidos por el simple pedido de un particular puede promover 
actos de censura por parte de los administradores de sitios de 
Internet", afirmó Eduardo Bertoni, ex relator de la libertad de 
expresión de la OEA y actual director del Centro de Estudios en Libertad
 de Expresión y Acceso a la Información (CELE).
"Un marco difuso 
de responsabilidad de los intermediarios sólo contribuye como incentivo a
 la censura privada, ya que ningún medio de comunicación o plataforma de
 contenidos web querrá asumir el riesgo de ser acusado civil o 
penalmente por la mera defensa de los comentarios de sus usuarios", 
afirmó Beatriz Busaniche, secretaria de la Fundación Vía Libre, entidad 
dedicada a la difusión de los derechos en la era digital.
"La 
amplitud en la definición de contenidos discriminatorios, la 
incorporación de plataformas y servicios de Internet, la inclusión de 
tipos penales y la no definición clara de intermediarios nos llevan a 
concluir que el proyecto de ley antidiscriminación colisiona con los 
principios de proporcionalidad indispensables en toda regulación sobre 
el discurso público. El texto de la ley tal como está expresado 
actualmente no parece ser la solución apropiada frente a la problemática
 de la discriminación y el discurso de odio. Más bien, se constituye en 
una amenaza clara a la libertad de expresión", agregó Busaniche.
El
 intento de regular los contenidos en las plataformas digitales en la 
Argentina tuvo su momento cúlmine en 2013 cuando la Legislatura de Entre
 Ríos, tras una serie de saqueos presuntamente organizados, trató una 
resolución para pedirle al gobernador kirchnerista Sergio Urribarri a 
establecer "restricciones al uso de las redes sociales y otras 
plataformas en casos de "conmoción interior". Aquella vez, la propuesta,
 del diputado provincial Rubén Oscar Almará, finalmente quedó en la nada.
Los Kirchneristas deberian ocuparse de cosas mas importantes que quitar la libertad de 
expresion, por ejemplo, educacion ,inseguridad ,desnutricion, salud y la peor de 
todas, Impunidad en la corrupcion k