Zamora no solo roba, sino que pretende envenenarnos a los santiagueños con una mina a cielo abierto

A Gerardo Zamora no le interesa (para nada) el medio ambiente ni que la gente del campo se quede sin agua potable en el sur santiagueño. Él sumiso a la presidenta que le autorizó a una empresa minera Canadiense, que hizo contacto en un viaje que realizo junto a Cristina, para la explotación minera en la zona del interior de los departamentos Ojo de Agua y Quebrachos.

Familias enteras y en forma pacífica, marcharon por Sumampa en contra de la autorización de Gerardo Zamora para una explotación minera de una empresa extranjera.

Zamora no escarmienta con la problematica que existe en TERMAS DE RIO HONDO, cuando todo el mundo sabe que la contaminacion del lago no solo es de los ingenios tucumanos, sino de los desechos tóxicos de metales pesados que arroja la MINERA LA ALUMBRERA ubicada en la localidád de ANDALGALA, provincia de CATAMARCA.

El gobernador ha exigido a los intendentes Antonio Galván (Sumampa),Rodolfo Cappellini (Ojo de Agua), y a la senadora nacional Ada Iturrez de Cappellini, que “echaran a patadas” a los vecinos que se opongan a sus aspiraciones de explotar las riquezas naturales de la zona.
“Son órdenes de arriba. No hay nada que hacer”, dijo Ada Iturrez de Cappellini a los vecinos que quedaron a la deriva, sin representación institucional para defenderlos.
Pero no se amilanaron ante la traición de sus dirigentes. Al contrario. Cerca de 500 vecinos de Jasimampa, Los Pocitos, Belgrano y diferentes barrios de la ciudad de Sumampa, organizaron una marcha de protesta por este proyecto que tiende a despojarlos de las riquezas mineras.
¡Sí a la vida! ¡No a la muerte!, fueron las proclamas de los vecinos, en su mayoría jóvenes, que salieron a exigir al gobernador que deje sin efecto su autorización a la explotación minera a cielo abierto.
Ah, un dato sobre los policías de “Zamorita”. Se ponen al lado de los manifestantes y graban los discursos y filman todos los rostros de los participantes, como un modo de amedrentarlos para que dejen de participar.
“¡Qué hagan lo que quieren, no vamos a dejar de protestar hasta que terminen con el despojo de nuestras riquezas!”, dijo una jovencita estudiante secundaria.