En la dirección de Arquitectura ocurren corruptelas increíbles que,
persisten y se tratan de tapar porque están implicados algunos
empleados, directores, inspectores, jefes, ministros y socios o amigos
de los más altos funcionarios del zamorismo.
Ya se puso al
descubierto al prestanombres y testaferro del diputado nacional del
Frente Cívico, Daniel Brué, un tal Ramón Edgardo Coria, quien sigue con
sus travesuras y siempre robándole al Estado provincial. La arquitecta
Cambrini, que conduce Arquitectura, le “dio” para ejecutar la escuela de
Buey Muerto, en el departamento Robles, muy cerca de Forres, de donde
es oriundo el diputado nacional y real dueño de la “empresa
constructora”.
El testaferros hizo a los “ponchazos” la
“primera parte” de los trabajos, y “la segunda” la realizó con el estilo
del arquitecto Araujo, o sea cobrando dos veces. (Claro que a Coria no
lo metieron preso ni lo escracharon por la prensa porque, justamente, es
amigo, socio y prestanombres de una figura “importante” para Gerardo
Zamora, como es Brué).
Otro honesto que “rajan”
El
inspector de esta obra de Buey Muerto cuya “segunda parte” se percibió
con expedientes mellizos, era un arquitecto de apellido Figueroa, quien
frente a la irregularidad, se negó a firmar el "certificado trucho".
¿Qué hizo el zamorismo con él? Inmediatamente lo cambiaron de funciones
y, como represalia, no le renovó el contrato, que es con el sistema que
funciona la “administración Zamora”. Figueroa, por actuar conforme a la
ley, quedó cesante. Es otro desocupados de los miles que tiene “el nuevo
Santiago”.
Pero como el escándalo era mayúsculo y complicaría
seriamente al diputado nacional Brué, toda “la línea de Arquitectura”
fue a ver al inspector Trejo, que continúa preso por certificar obras
que se cobran pero que no se realiza, a rogarle que les firme el papel
haciendo aparecer como “trabajos terminados” a esta “segunda parte” de
la escuela de Buey Muerto.
Roba y “mejicanea”
Al
tal Figueroa le hicieron creer que le iban a resolver el problema en la
justicia, mientras Coria, el testaferro de Brué, logró todas las
firmas, volvió a cobrar, y se comprometió a hacer la repartija entre
funcionarios, técnicos, etc., de los dividendos robados al Estado con la
factura melliza. Pero Coria los “mejicaneó”. No apareció más. No
repartió parte del “pozo” que percibió con el certificado doble.
Por
ello, en Arquitectura se pusieron firme y los de arriba como los de
abajo se juramentaron: “Ahora no dejamos pasar nada. Al que no cumpla,
lo denunciamos y lo mandamos en cana”.
En ese ínterin, apareció otra
irregularidad de la “empresa” del testaferro de Brué. Resulta que Coria
abandonó la obra que le adjudicaron en la escuela secundaria de Colonia
Dora, y las reparaciones quedaron a medio hacer. Todo un papelón.
Encima, como todos éstos son de lo último, en Arquitectura se descubrió
que la partida estaba destinada para la localidad de Icaño, pero como
hacen lo que se les ocurre, se la dieron a “Constructora Coria” en
Colonia Dora.
¡Realmente, robos nunca vistos!
El gobernador
Zamora sigue mirando para otro lado, cuando debería cumplir con su
primer deber de administrador, intervenir esa repartición y mandar
presos a todos (y a todas) los que delinquen y se enriquecen con los
dineros de la provincia.
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