Los
gremios estatales (arreados y presionados por los dos referentes principales),
realizaron un pre-congreso en el que llamó la atención ver cómo varios ex
rivales de Gómez y de Montenegro se dieron vuelta y hasta se animaron a
pronunciar clases magistrales de chupamedismo, en pos de que la dupla siga
teniendo las riendas de la entidad que, supuestamente, representa “los sagrados
intereses de la clase trabajadora” santiagueña.
Claro
que no salió a la luz los discursos de los secretarios generales de gremios
estatales que se oponen a la “re re” de Gómez y Montenegro, reprochando que son
“escribanos” de las decisiones de la patronal y, por ende, no defienden a los
empleados y obreros públicos.
Otros
críticos apuntaron a la inacción “cómplice” de los jerarcas cegetistas que no
abren la boca para reclamar un mejor servicio de la obra social provincial
(Iosep), sobre todo ahora que los trabajadores estatales no pueden acceder a la
salud privada por los altos costos que deben pagar por co-seguros; tanto en
internación como en cirugía.
A
su vez, los secretarios de los sindicatos privados, al parecer, no van a
concurrir al plenario reorganizador del 31 de mayo, convencidos de que “no
pueden acompañar un proceso amañado para re-reelegir a quienes han reducido a
la nada a la CGT-Santiago”.
Otros
se interrogan: “¿A quién le importa este plenario? ¿A quién sirve esta CGT, si
no defiende a los trabajadores?”.
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