Una alegría para Cristina en medio de la depresión

Al filo de la medianoche del 7 de octubre, Cristina Fernández de Kirchner tuvo la primera alegría en varias semanas de malas noticias para su gobierno. El triunfo de Hugo Chávez Frías, su par y amigo venezolano, le permite iniciar la semana con otro ánimo. Es muy probable que la presidenta argentina vuelva a usar la cadena nacional luego de llamarse a silencio durante los útlimos días. El empujón anímico que necesitaba Cristina llegó desde Caracas y tranquiliza a su entorno, preocupado por la tensión de las últimas horas.

En su cuenta de Twitter, que no usaba desde hacía seis días, Cristina Kirchner reveló minutos después de conocidos los resultados que había hablando con Chávez. Y envió varios mensajes, uno tras otro. Esto dijo la presidenta:

“Acabo de hablar con el Presidente Chavez, mucha emoción” 
“Felicitaciones al pueblo venezolano por la ejemplar jornada democrática. Por la alegría y por la paz. El amor es más fuerte que el odio.”

“Hugo, hoy quiero decirte que has arado en la tierra, la has sembrado, la has regado y hoy has levantado la cosecha”

“Tu victoria también es la nuestra. La de América del Sur y el Caribe.  Fuerza Hugo! Fuerza Venezuela! Fuerza Mercosur y Unasur!”

Desde luego de su polémica participación frente a estudiantes de la Universidad de Harvard, Cristina Kirchner no había publicado mensajes en Twitter y su silencio coincidió con la semana más problemática de su gestión, que incluyó la protesta que aún continúa de los efectivos de Prefectura y de Gendarmería.

El 54% logrado por Chávez, como Cristina en las elecciones de 2011, fue festejado por partida doble en el círculo cercano a la Presidenta. Dentro de unas horas, los cerebros comunicacionales del gobierno argentino harán uso de esa casualidad matemática por todos los medios.

El contundente triunfo del venezolano será festejado toda la semana por el gobierno argentino. Es que el socio bolivariano, que hasta se llegó a Río Gallegos para despedir a Néstor Kirchner en 2010, no sólo es importante por su valor estratégico para el kirchnerismo sino también porque rescata a la presidenta argentina de su peor momento. Una vitamina anímica difícil de lograr en la realidad argentina. Una alegría caribeña en medio de un gobierno deprimido, un respiro ante tantos tropezones de los últimos días.