En momentos en que la corrupción en la policía de la provincia hace aflorar la podredumbre, la que está a la vista de todos ya que no se puede disimular, los hechos siguen sucediéndose como si nada hubiera pasado.
Un Comisario Inspector cuya detención fue "salvada" de momento, pero que está al caer, un Comisario Mayor y dos suboficiales detenidos por hechos gravísimos, dos policías heridos en confusas circunstancias (lo que a la postre supone algo de una tremenda gravedad), policías de medio pelo severamente cuestionados por distintos episodios a lo largo de su "carrera", hacen presuponer una situación institucional desastrosa, de la cual será imposible volver a una pretendida normalidad.
Gran revuelo causó la noticia de las graves irregularidades que durante años se sucedieron en distintas dependencias de jefatura de policía, entre ellas Dirección de Administración. En especial el área de Embargos, a cargo de un oficial principal de apellido Carrizo.
Dichas irregularidades fueron denunciadas por mujeres que trataban de percibir el dinero que les corresponde para sus hijos, los que son mensualmente descontados en concepto de alimentos, o sea embargados, a los policías.
Dichas irregularidades fueron denunciadas por mujeres que trataban de percibir el dinero que les corresponde para sus hijos, los que son mensualmente descontados en concepto de alimentos, o sea embargados, a los policías.
Pero a la injustificada demora en la percepción de este dinero, se le sumaron los espurios negociados que este personaje tiene desde su privilegiado cargo. Privilegiada jerarquía que ahora se sabe, obtuvo en tan poco tiempo, en base a esos negociados y a arreglos con determinados superiores jerárquicos, que obviamente luego lo beneficiaron con ascensos. Pero esa es otra historia.
Pero al tan comentado revuelo que causó, a la pelea que tuvo con su jefe, el actual director de administración, a su elegante salida, que suponíamos sería eventual, hasta que se calmaran las aguas y pudiera volver, hoy eso quedó plenamente demostrado.
Pero al tan comentado revuelo que causó, a la pelea que tuvo con su jefe, el actual director de administración, a su elegante salida, que suponíamos sería eventual, hasta que se calmaran las aguas y pudiera volver, hoy eso quedó plenamente demostrado.
Personal de la Dirección de Administración, asqueado de tanta corrupción y encubrimiento, nos comenta que el Oficial Principal Carrizo, máximo referente de la corrupción en esa dependencia, sigue prestando servicios no sólo en la Dirección, sino en la misma Sección Embargos, a pesar de ser no sólo cuestionado, sino denunciado, inclusive con intervención de abogados que representan a las personas damnificadas por las tropelías de este facineroso.
A veces imaginamos que, solamente teniendo esa jerarquía hace lo que hace, lo que será el día que llegue a ostentar una de Comisario. Parece que las amenazas que profirió, dieron resultado, pues ni el jefe de Administración, ni el jefe de Personal, mucho menos jefe y subjefe de policía, hicieron nada por erradicar este elemento nocivo. Ni lo trasladaron, ni iniciaron una investigación, a pesar de los graves hechos cometidos, delitos en toda la extensión de la palabra. Pensar que por mucho menos que eso, policías que se equivocan en su trabajo, son pasados directamente a disponibilidad sin oportunidad de descargo.
Tal vez Marcelo David Pato, el innombrable mentor de toda la corrupción, no haya querido que salgan a la luz los embargos que tiene en su sueldo, que Carrizo amenazó con mostrar.
¿Quieren más ejemplos de los manejos espurios? ¿Hace falta más? Esto es una tomada de pelo diaria, que muestra el lado más bastardo de una repartición pública donde esto no tendría que pasar.
¿Quién apaña a Carrizo? ¿Qué hace falta para que lo trasladen?Sr Jefe de Personal, Comisario Mayor Talavera, a Ud. le preguntamos pues tal vez sea uno de los pocos que pueda intervenir y sacar de Dirección de Administración a esta oficial.
Pues ya está visto que ni el Director de Administración, a pesar de todo lo que pasó, tuvo lo que hay que tener para trasladar a este miserable que tanto daño hace, como tantos otros, a la policía de la provincia.
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