Claudia Ledesma Abdala se cambio de apellido, ahora es CLAUDIA ZAMORA

Por U.H
No es ninguna novedad no hemos descubierto nada, pero ese título deja tela para cortar. Misteriosamente “Claudia Ledesma Abdala” como se hacía llamar, ya que usaba el apellido de su madre y no porque este sea compuesto, desapareció, cambió y ahora se apellida Zamora. “Claudia Zamora” por lo menos así se puede  leer en los carteles y pasacalles que ya buscan la simpatía (que por supuesto es una bajada de línea) de la por ahora, primera dama y quizás sea una travesura que intenten en las boletas el día del acto eleccionario, es decir que el apellido ZAMORA figure en la boleta y de esa manera advertir a los descuidados votantes del interior profundo de la provincia.

Este enroque nepótico no busca consagrar a la reina, sólo pretende alargarle la vida al rey. Si solucionan la serie de irregularidades por las torpezas cometidas en cuanto al incumplimiento de plazos y otras yerbas y llega a ser jefa del ejecutivo provincial, los cálculos podrían no salir como los esperan, Claudia Zamora, Ledesma o Ledesma Abdala como usted prefiera, arrastrará con todos los males que por carácter transitivo, recaerán sobre su gestión y eso podría ser un ingrediente explosivo, es decir, cargará los enemigos de la gestión de su marido, con acechanzas nuevas por los discrepantes que arrastra más algunos agregados, paridos en estas últimas elecciones por haber quedado afuera cuando se creían con derechos adquiridos, ya sea por el trabajo militante o por un acompañamiento incondicional durante todos estos años.

Es decir “CLAUDIA” no gozará del período “luna de miel” del cual es beneficiario todo nuevo mandatario que le asegura además un transitar sin sobresaltos, críticas o embestidas opositoras que existen en una primera etapa, de hecho la redes sociales están demostrando una hostilidad  rayana con la brutalidad y la falta de respeto por el sólo hecho de ser mujer, y ni que hablar ya de escindir la cuestión de la candidata, lo ideológico, lo partidario y lo político, es clara la resistencia de gran parte de la sociedad y también la bestialidad, una actitud a la que deberá acostumbrarse desde el arranque puesto que la gente no ha percibido esta situación como un cambio o una renovación sino como una continuidad,  para algunos la panacea, para otros una tortura que deberán seguir soportando hasta que vuelva Gerardo, es decir más tortura.

Pero el detalle más grave de esta ingeniería zamorista, es que ella arrancaría una gestión con todo el desgaste del mandato anterior, cuestión ésta que no sucedió (salvando las distancias) en el caso de Cristina, ella tenía entidad política y militancia propia. La otra particularidad es que buena porción de la población sintió que esto es un especie de “deja vu”, una historia ya vivida y sobrevino la inmediata comparación con el gobierno de Carlos Arturo Juárez y Nina Aragonés, esto no sólo le ocurrió a los santiagueños, todos los medios nacionales hablaron de nepotismo, feudalismo, régimen totalitarismo y demás calificativos. Es  decir, la mujer del jefe del ejecutivo provincial y posible futura gobernadora, ha sido fustigada a rabiar en los últimos días y todo hace ver que esta cuestión no cambiara.

Pero lo que dejó claro el hombre fuerte de la política local, es su intención de perpetuidad, algo que no es sencillo sobre todo cuando los pilares del poder están asentados sobre una caja inconmensurable y no sobre un liderazgo genuino, ya que lo primero siempre se acaba antes que lo segundo. Vienen tiempos de vacas flacas, vientos contrarios y determinaciones con costos políticos. “Me alargaron la vida política”, aseguró en un discurso desde un estrado el Gobernador de la Provincia, hoy, en Argentina ningún político podría realizar semejante afirmación y quizás ésta determinación sea el acortamiento de la existencia de ambos, y lo que pareció un acierto quizás sea una desventura,  porque en las buenas o en las malas CLAUDIA ES GERARDO.-