Desde el 28-10-2013, han sucedido
acontecimientos que superan lo vivido en nuestra vernácula historia política. En
la oportunidad, se repiten los “sopapos” a la dignidad ciudadana de Santiago
del Estero.
Los protagonistas, no dudo están en su derecho de accionar, pero no
son formas de actuar. En el fondo, la falta de decoro y respeto estricto a un
orden constitucional en el manejo de la cosa pública, denuncia por si sola la
ausencia de valores morales en los actores.
Treinta
años no han sido suficientes, tengo que sacar fuerzas desde el fondo de mi
alma, para no ver las hormigas como elefantes. No queda más que redoblar
esfuerzos y continuar adelante. La política, cualquiera sea su expresión, jamás
puede ser un desencanto; solo un necio puede expresar semejante divorcio en su
obligación de hombre, de ciudadano, de militante. La política es la razón de ser
en todo compromiso, es el fuego sagrado de toda idea por el bien común.
No
puedo sustraerme de llamar “boletín gubernativo a el liberal”, puesto que
sierra permanentemente sus páginas, a quienes piensan distinto. En el día de hoy,
nos sorprende con un nuevo cronograma electoral como una verdad única (adornada
de especial con medidas excepcionales).
Al
respeto; (adelanto no conocer en profundidad la ley electoral, sin avidez por
ocupar candidaturas, me tuvieron siempre alejado a las especulaciones, considerando
estas como naturales a una militancia) y como ya hubo un llamado a elecciones, suspendida
en una de sus categorías por instancia judicial sin resolución a la fecha.
Pregunto; ¿el acto electoral oportunamente llamado en tiempo y forma, realizado
bajo códigos claramente establecidos, puede por conveniencias de sector
vulnerarse con una nueva y amañada convocatoria a dicha categoría?,
personalmente entiendo que la anterior esta vigente.
Por
otras experiencias estatutarias y sentido común, al observar que en el término
debido el o los candidatos no cumplen con los requisitos debidos, pierden su
regularidad por más que adelanten su
renuncia y no pueden acudir con un “troquel” cualquiera, pretender legitimidad.
La lucha, se transcribe en el compromiso de llegar a un acto
electoral con alto contenido ético, donde la responsabilidad cívica del
ciudadano debe ser irrecusable. En democracia, tenemos que hacer nuestra aquella
idea acuñada por Raúl Alfonsín, que como hombre probo supo respetarnos, “con la
democracia se come, se educa, se cura”. Traducido amigos míos, con la
democracia se logra trabajo, educación, salud y justicia. En el acto electoral,
debemos construir personas que no solo nos representen, sino, también respeten
nuestras garantías constitucionales de un estado de derecho.
Juan Luis Coria
DNI 8.127.919
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