El gobernador santiagueño carga sobre sus espaldas el ignominioso lastre de ser quién más muertes de ciudadanos cargue sus espaldas. Constituye un explosivo coctel dónde los ingredientes son Ochoa, Juárez, Assad (el presidente de Siria), Gadafi ( el de Libia),Chávez,(el de Venezuela),Juan Manuel de Rosas, por solo mencionar algunos.
Lo lamentable, es que esa pesada carga ni por asomo tiene la clarificación que reclama la ciudadanía.
El listado de los presos del penal, las muertes que provocó su hermano, las que hizo lo propio su cuñado, la de Raúl Domínguez, que lo mató la misma policía, la de los niños de las vacunas, la del Cholo Carol, AHORA LA DE LA DOCENTE OLGA MUÑÓZ Y SIGUE, constituye un rosario maléfico en el historial santiagueño.
Se lo ve sonreír en las campañas, simpatizar con los giles, usar los medios oficiales, como si nada hubiera pasado en Santiago. A la hora de rendir cuentas al soberano, seguramente las acusaciones serán múltiples y los castigos serán los que correspondan. JAMÁS COMO AHORA SANTIAGO ESTÁ ESPERANDO UN JUICIO Y CASTIGO A LOS CULPABLES. ASÍ SERÁ
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