Si aceptas que te usen, no llores después de la elección

Muchos son los que ahora despiertan ante los ruidos de los acontecimientos vividos y los temores de lo que puede suceder si aceptamos esta burda elección presidencial. Después de las elecciones primarias del 14 de agosto y la comprobación numérica de los resultados conocidos, como también aquellos con los que se engaña a la opinión pública, ¿cuáles son los pasos que deben tomarse en defensa de los derechos y dignidad del pueblo?

La pareja feliz por el descomunal fraude.

No interesan los parciales que dan los políticos, sino las cifras generales que se ocultan tras los intereses personales de los candidatos o de quienes los apoyan. La realidad, señalaba el General Perón, es la única verdad.
Es una tremenda mentira que la candidata oficial, Cristina de Kirchner haya obtenido un 50% de los votos de los electores registrados en el Padrón General. Más de la mitad de la ciudadanía está en contra del continuismo de la delincuencia como gobierno. Solo basta salir a la calle y escuchar las quejas de millones de hombres y mujeres que se sienten ultrajados por quienes suponen ser dueños de todo y todos. Pero las quejas no bastan para encontrar las soluciones que el problema reclama, sino que es preciso la decisión y aporte de todos para que este drama argentino termine.

Reforma constitucional

Si continúa como gobierno el kirchnerismo, los próximos pasos han de ser la reforma constitucional para hacer de esta Argentina, una monarquía engañosa y sucia de los Kirchner. Para lograrlo, como lo están haciendo, destruirán todas las organizaciones del pueblo, en las que en la actualidad han instalado a los secuaces.
Ya se anticipa, una medida que de no mediar reacción de los trabajadores organizados, perderán sus obras sociales. Consumado el fraude en octubre próximo, si no es antes, el gobierno ha echado sus ojos sobre las obras sociales y el Renatre. Ha sido anticipado en los diarios donde se señala que se buscan básicamente, que los alrededor de más de 35.000 millones de pesos anuales que ingresan en esas instituciones pasen al Estado sobre la base de dos súper organismos. Uno sería el Instituto Nacional de Obras Sociales de los Sindicatos y el otro con la reforma de los estatutos del Renatre que sería nacionalizado con el control y participación del Estado y las actuales entidades que lo componen.
El Instituto Nacional de Obras Sociales Sindicales (INOSS) sería un intermediario para la contratación de médicos, sanatorios, clínicas privadas, manejado por un elegido del gobierno, ejerciendo también control de otras actividades que competen a los sindicatos, como ser la capacitación, el turismo social, la compra o construcción de hoteles, etc. Pero, lo más grave, es el intento del oficialismo de quitar poder económico y político a los sindicatos de cara a la nueva etapa.

Deudas a los gremios

A la vez, el gobierno que adeuda sumas multimillonarias a los sindicatos, sumas que provienen de ajustes por alta inflación, pasaran al olvido dentro de las deudas que tiene el Estado con los sindicatos, lo que perjudicará totalmente a los trabajadores organizados, que perderán hasta la conducción de cada entidad, dado que la mayoría “por controles” serán intervenidas como en la época del proceso.
No es una falsedad esta advertencia de intentos del gobierno de controlar los intereses de los trabajadores y someterlos al capricho de quienes se instalarán mediante el fraude en el mismo. Circula en los medios sindicales una copia del proyecto, que también habrá de servir para que los $ 6.000.000.000 (seis mil millones de pesos) actualmente adeudados a las entidades, motivo de retrasos en sus pagos por servicios a los prestadores y proveedores, vayan a un pozo para cubrir otras necesidades urgentes del alicaído económica y financieramente gobierno kirchnerista.