La testigo “falso”, del caso Guardo, Hilda Elizabeth Cancino hoy temerosa por lo que puede acontecer en su situación procesal en el juicio de Federico Guardo, imputado por las muertes de Estela y Silvia Chávez, ocurrido en el año 2004.
Como se recordara, Guardo está acusado de haber “prendido fuego” la vivienda donde residían Estela y Silvia Chávez, madre e hija respectivamente, en una noche fría del 27 de julio de 2004 en circunstancias confusas. Cabe acotar que el imputado seria novia de Silvia.
Si nos remitimos al “Expte. 2183-Actuaciones remitidas por el Juzgado del Crimen de Quinta Nom. en autos expte. nº 943/4- Denuncia contra Hilda Elizabeth Cancinos por s.d. Falso Testimonio”
Es así que la denunciada hizo tres declaraciones contradictorias, una de ellas en sede policial y las dos restantes ante dos magistrados intervinientes en la causa, lo grave es que en todas se contradice, es que la urgencia del ex jefe de la comisaria 4ª Hugo Gervasio Verón de esclarecer el hecho, habría inducido a Hilda Cansino para incriminar falsamente a Guardo. Los motivos que tenia este funcionario policial, es que en ese fatídico mes de julio del 2004 dicha comisaria a su cargo estaba muy cuestionada por 5 homicidios, tales como una anciana que fue maniatada y asfixiada por un albañil, el crimen del carnicero “hormiga” Paz, un remisero asaltado y muerto por un disparo en la cabeza, el homicidio del radiólogo, ultimado a balazos en la puerta del hospital neumonológico, este ultimo nunca esclarecido.
Cancino, declaró por primera vez el 29 de julio de 2004, ante el entonces sub. Comisario Verón, a casi 48 hs. del hecho, y manifiesta que vio a Federico Guardo a las 23,30 hs del día 27 de julio de 2.004, pasar por su casa en un automóvil oscuro con vidrios polarizados, reconociendo que se trataba del vehículo del mismo o de su padre. Conoce el automóvil porque lo había visto varias veces estacionado frente a la casa de Silvia, cuando estos eran novios. En otro párrafo, la mujer dice que a las cuatro y veinte de la madrugada, siente un ruido en la parte exterior de la vivienda, lo que la sobresaltó, se levanta rápidamente de la cama, abrió la ventana, y observó que por la vereda, iba corriendo Federico Guardo desde la dirección de la casa de Silvia hacia Calle San Juan, y los ruidos que la despertaron fue el ladrido de sus perros, "pero ve a Federico Guardo desde la ventana".
En su segunda declaración, el 11 de abril del 2.006, ante el ex juez Gustavo Adolfo Herrera, hoy camarista, se ratifica íntegramente de todos sus términos, reconociendo sus firmas, manifestando que conocía a Guardo de vista, que a las 4,20 hs, y cuando mira por la hendija de la ventana, en la parte superior de la celosía, "adviértase que ya no abre la ventana"-, observa a un sujeto que estaba de perfil, -nueva visión y nueva mecánica- y la declarante al observarlo, está segura de que era Federico Guardo, ya que lo había visto en otras ocasiones. En esta declaración deja aclarado que el domicilio de la misma se encuentra colindante con la casa de las victimas, y se escuchaba todo lo que sucede en casa de los Chávez. Por lo que Cancino falta a la verdad, ya que existe una vivienda de por medio, y que en esos tiempos era alquilada por una señora de apellido Laprobian lo que se constató con la inspección y reconstrucción.
En la tercera declaración, de fecha 13 de febrero de 2.007, ante el ex juez Abelardo Basbus, hoy camarista, reconoce las firmas puestas, en puño y letra, de los testimonios anteriores, que con respecto a la declaración realizada en sede policial, "recién se rectifica" de la parte en que manifiesta, haber abierto la ventana, “ya que nunca lo hizo, y solamente miró por la hendija”, y con respecto a la segunda declaración en sede judicial se ratifica totalmente. Entonces si es que no abrió la ventana, no pudo ver absolutamente nada, por eso la necesidad de la reconstrucción de esto, téngase presente que la foto de pericia de la hendija, (fue con ventana de vidrio abierta y con la luz del día), o sea si no abrió la ventana de vidrio, tiene más distancia, entre la vista y la hendija, a más de la oscuridad de la noche, hace imposible toda visibilidad-.
Lo que llama poderosamente que estos dos ex jueces, a pesar de los errores de Hilda Cansino en sus "mentiras" le instaban y presionaban que en toda declaración, nunca se rectifique, “a modo de favor a ellos por las malas actuaciones en el caso, y que si insistía en hacerlo, " ES DECIR, CONTAR LA VERDAD QUE FUE POR FAVOR A ALGUIEN QUE MINTIO TODO LO QUE NUNCA VIO" le harían una causa por falso testimonio y la meterían presa. Así mismo, desde los mismos juzgados la atemorizaban con amenazas de muertes, haciéndole creer que provenían de la Familia Guardo. Esta era la forma de ejercer presión y que la “testigo” no se alejara de ellos y se mantenga inmersa en sus mentiras. Por lo tanto, los que decían protegerla, la tuvieron un tiempo en un domicilio de calle Humberto Ilia, propiedad de Raquel Ruiz, una “amiga intima” del ex juez de crimen de 3ª Nominación, Dr. Jorge Salomón.
Nos preguntamos, si es que Cancino vio a Federico Guardo, porque no le dijo a la autoridad policial que esa madrugada vió al mencionado, para que se proceda a su inmediata búsqueda y detención. Porque declara al medio día del día siguiente. Es un hecho comprobado en el expediente que Cancinos se encontraba presente al momento del procedimiento policial, y que en esa oportunidad no manifestó a la prevención el conocimiento o percepciones que luego manifestó en sus testimonios relativos a la presencia de Guardo en el lugar y momento de producción del hecho, y en tanto el silencio es un hecho negativo, resulta ser indicio de mendacidad, que unido a la increíble explicación sucesivamente rectificada en sus testimonios, permiten sospechar la falsedad.
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