Ni el secretario de Trabajo, el diputado Andrés Bernasconi (que ostenta el rango de ministro), fue puesto en escena, cerca del palco, la noche del martes en la ceremonia central de la visita de la Presidenta de la Nación a Santiago del Estero.
Lo habíamos anticipado en su momento: Cristina ordenó a los gobernadores kirchneristas “esconder” a la CGT, luego de su primer cortocircuito con el inefable Hugo Moyano. Por supuesto, Gerardo Zamora viene cumpliendo a pie juntillas esta instrucción y tiene casi vedada la aparición pública de sus funcionarios con los “capos” de la CGT Santiago.
Claro que ello no significa que haya roto con sus muchachos. Al contrario, realiza el doble juego. Los tiene “escondidos” en los actos públicos, sobre todo si asisten la Presidenta o las Madres o Abuelas de Plaza de Mayo, aunque por abajo se mantiene intacta la sociedad política y comercial con “sus” sindicalistas privilegiados a quienes hizo aumentar sus arcas (forman parte de la clase zamorista de los “nuevos ricos”) a expensas de la postergación de derechos y conquistas de los empleados públicos provinciales.
Se desquitaron con DZ
Los “capos” cegetistas aceptaron que Gerardo los mandara al fondo, y enviaron a sus tropas acarreadas desde Alvear y Absalón Rojas hacia atrás de la Casa de Gobierno; lejos del palco oficial.
De todos modos, ladinos como siempre, los gremialistas contrataron a las barras de Central Córdoba y de Güemes y les pagaron, les dieron alcohol y otras yerbas, para que “neutralicen” al hermano del gobernador, al concejal Daniel Zamora.
Abrieron así la primera gran interna dentro del zamorismo gobernante, y están dispuestos a hacer notar el peso que tendrían las autodenominadas “Bases Peronistas”, en todas y cada una de las concentraciones.
Ocurre que el jefe de este sector, el ministro de Gobierno, José Emilio “Pichón” Neder, sigue sin aceptar la incursión política del hermano del primer mandatario, quien en el acto de Cristina Fernández de Kirchner hizo su presentación oficial en la calle. Encima, les ganó la pulseada a los de Bases Peronistas porque movilizó mucha gente y logró ubicarla en sectores privilegiados.
En represalia por esta aparición de DZ, “Pichón” y los de la CGT se dedicaron, durante todo el acto, a romperle carteles y pasacalles, a neutralizarlos para que no ingresen a la plaza San Martín, y a arrojarles piedras que llegaron a herir a varios seguidores del “otro” Zamora.
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