Luego de ocurrido el crimen de Daniel "Chochoy" Bañagasta, la Brigada del D6 se traslado a la Ciudad de Monte Quemado, para realizar supuestamente una exhaustiva, imparcial y profesional investigación; pero en realidad los integrantes de este equipo, a cargo del subcomisario Montenegro, se dedicaron a ocultar pruebas, presionar testigos y crear falsos testimonios.
Desde un principio la incriminación de los policías Pablo Cuellar, Carlos Umbidez, Enzo Solorza y Marcelo García; se basó en pobres fundamentos y en una jueza (Dra. Adriana Graciela Soria) que no alcanzó jamás la excelencia en su accionar como representante de la justicia. Una funcionaria que fue poco imparcial y limitada a la hora de investigar. Y como sí esto fuese poco, el mal procedimiento del D6 fue una pieza clave para la reclusión injusta de los jóvenes policías.
Hoy en día, con el juicio en ejecución, comienzan a salir a la luz verdades silenciadas. La Sra. Blanca Barraza fue testigo de las interminables presiones que recibió su adolescente sobrino, conocido como "PALULO", por parte de los agentes de la Brigada, para que declarara en contra de los imputados; resultando de éstas cinco declaraciones discordantes y contradictorias por parte del menor. En un primer testimonio, el joven dice que vio cuando "Chochoy" cae y luego lo observa que estaba durmiendo, y él se va. En una segunda declaración, el menor asegura que "Chochoy" es agredido por dos policías y da las identidades. En la tercera, tras determinar que uno de los policías acusados de agredir a Bañagasta ese día no había trabajado, el menor cambió y dijo que no fue él y que había sido otro de características físicas similares. En un cuarto testimonio, ya en el marco de una cámara Gesell, el menor dijo que "Chochoy" es agredido por dos policías, y él se acerca después y ve a la víctima que estaba como durmiendo y roncando, indicando que en ésta ocasión él se encontraba junto a otro joven que es apodado "Gringuito". Ya en la quinta declaración, durante la reconstrucción del hecho, el menor dijo que agreden a "Chochoy" y que luego él se acerca donde estaba el cuerpo y ve que estaba muerto.
Otro testimonio polémico es el de Oscar Chazarreta, quién al declarar manifestó que alrededor de las 8 de la mañana del 14 de febrero de 2009, pasaron varias personas y le dijeron "¿ te enteraste que murió Chochoy ?", y en realidad el cuerpo del joven recién fue encontrado a las 10:30 aproximadamente. Chazarreta al parecer no fue presionado, pero bien se sabe que es íntimo amigo de Montenegro, y que en varias ocasiones compartió asados con la Brigada del D6.
Claro está, que el proceder de quienes dicen buscar la justicia, es bastante turbio. No está de más destacar que la jueza jamás citó a declarar a las supuestas personas que le dijeron a Chazarreta sobre la muerte de Bañagasta. Entonces, sí la gente del D6 fue hasta el lugar del homicidio para aclarar e investigar... ¿Por qué se cometieron tantas irregularidades? ¿En que los beneficia encubrir a los verdaderos culpables, y encerrar a inocentes? ¿Quién les da impunidad para manejar la verdad? ¿Por qué la jueza no se percato de cosas obvias?
Incontables preguntas como éstas surgen, ahora que se enfrentan los testigos. Sólo queda esperar que el buen juicio de quienes ahora están a cargo, resuelva este desprolijo caso y encierren a los verdaderos culpables.
Como estudiante de abogac{ia considero totalmente ineficiente el dictamen por el caso de Bañagasta, por lo cual se merece perpetua, art. 80 del CP por cometer el homicidio en ejercicio de sus funciones, policía de Monte Quemado. Ya que el Homicidio Preterintencioanl requiere del m{ovil sin intencion, y en este caso es evidente la constante persecucion que sufria el joven con claras de ser amenazado de muerte. Paola
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