Indiana Jones, es un personaje que trabaja como arqueólogo y profesor universitario. Cuando no está impartiendo clases, emprende viajes con la finalidad de buscar objetos de importante valor histórico para la humanidad. Generalmente, en cada una de sus aventuras se enfrenta con rivales que compiten por conseguir el mismo objeto. Su vestimenta se compone principalmente de un federa de copa alta y una chaqueta de piel. Y, utiliza un látigo a manera de arma y herramienta en sus aventuras. Claro, este es la Indiana de las películas americanas.
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fiscal de estado Raul Abate |
Pero nosotros, los santiagueños tenemos nuestro autóctono Indiana Jones. Con las mismas desventuras del americano pero con fines menos loables. Al nuestro poco o nada le interesa las cuestiones sociales o humanitarias.
Raulito Abate, ejerciendo el "látigo del poder y la impunidad en este gobierno corrupto" emprende permanente viajes en helicóptero hacia el interior del monte santiagueño, siempre escudado con un ejército de policías hace frente a humildes campesinos para desalojarlos de sus tierras. Siempre alega lo mismo "son campos fiscales que están en poder de terratenientes foráneos"; pero la verdad, es otra. Después de sus actuaciones "payasescas" hechas en la soledad del monte, pero siempre acompañado por las cámaras de TV y periodistas gráficos, termina arreglando en su despacho con aquellos empresarios, así lo hizo con el hijo del Intendente de José C. Paz (Mario Alberto Ishii) a quien luego de sus acostumbrados operativos y de recibir 500 mil razones le devolvió en silencio sus campos del Dpto. Alberdi.
Pero el particular Indiana, el nuestro, recupera también meteoritos para el patrimonio cultural. Lo que pocos saben, y en ello supera al americano, tiene poderes mágicos. Hace desaparecer expedientes y comprobantes de pagos
. En un solo pase mágico, Raulito ( Indina Jones ) se armo de $940.000 mil pesos, hizo desaparecer de la misma Fiscalía de Estado ejerciendo el poder supremo, todas las constancias y expedientes que su padre abogado fallecido el hombre ya había cobrado hace bastante tiempo en un juicio inventado contra Vialidad de la Provincia. Así el Indiana santiagueño, como heredero de su difunto padre, reclamó los honorarios por el juicio ya cobrado por su padre.
Todo se hizo en absoluto silencio con la anuencia de la abogada de Vialidad Provincial, se cursaron planillas de liquidación y reclamos de pago que jamás defendieron. Todo termino, cuando Gerardo Zamora autoriza Decreto mediante el inmediato pago a su amigo y ex socio en las fechorías del Gas-Oíl subsidiado, dando por terminado su reclamo.
Quien paga mal, paga dos veces dice un adagio procesal. Al caso comentado diríamos: quien roba una vez, es un LADRON; cuando se afanan dos veces lo mismo, es un CALIFICADO LADRON. Gracias Zamora por tan "calificado" funcionario, pudieron gambetear al Fiscal Federal, Marijuan o al Juez Ballesteros, en el choreo del Gas-Oíl.
Pero de esta no se salvan.
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