Todos saben que el ministro de Justicia Ricardo Daives es un “juez de Instrucción” dentro de la Casa de Gobierno. Vive, literalmente, para buscar documentación en contra de compañeros de gabinete, de diputados, de intendentes, de comisionados municipales, de concejales y de directores o encargados de direcciones.
Es el “musita”, (con minúsculas, por supuesto) que trabaja calentando las orejas del mandamás, y de los mandamases también.
Alguien que se atreva a ir a la Casa de Gobierno y a pedir una audiencia con Daives, se va a encontrar con la respuesta de siempre: “El ministro no lo puede atender…está en una reunión”. Y, en verdad, siempre está recibiendo “datos” de sus “dateros”, quienes figuran como empleados del Ministerio pero, realmente, andan todo el día o “investigando” o “rastreando”, o “espiando” a alguien que “marcó” el ministro “instructor”.
¿Para quién trabaja realmente Daives? ¿A dónde van a parar las carpetas que “instruye” contra propios funcionarios de alto, mediano y bajo nivel de este gobierno?
Se dice, desde siempre, que en la época en que gobernaba Raúl Alfonsín, Daives consiguió gracias a sus amigos “Coty” Nosiglia y ”Fredy” Storani un puesto de “informante” de la Secretaría de Información del Estado (Side). Otros, bien anoticiados, inclusive dicen que cobra su recompensa en el Banco Nación, sucursal Santiago, en una ventanilla especial por la que desfilan otros “espías” que tiene la Side en nuestra provincia.
Un dato importante: todas las carpetas que “instruye” Daives a los funcionarios provinciales no pasan por el despacho del gobernador. Algunas esconde, y entre las “cajoneadas” por el “espía” o “el musita” de Zamora, están las denuncias contra sus parientes que terminaron “rajados” como jueces de Instrucción, salpicados por los abogados del foro local y hasta por los presos en graves acusaciones de ineptos y corruptos.
También tiene un par o un trío de amigos periodistas que son funcionales a los espurios propósitos de éste ministro de Justicia, puesto que los utiliza para escarchar o elogiar, alternativamente, a la persona a la que Daives le baje o le levante el pulgar.
Los observadores locales explican que aunque sea de la Side, no le va a servir de nada jugar a las escondidas. La vez pasada hizo culpar a su subsecretario, al abogado Santiago Nassif, como responsable de la masacre en la cárcel. Desde siempre, manejó a sus parientes cuando eran jueces del Crimen y, a la hora del enojo de Zamora, no abrió la boca para defenderlos.
Los militantes políticos de Santiago coinciden en que “Daives siga ‘instruyendo’ sumarios o ‘marcando’ gente para la Side, pero no debe olvidarse que cada día que pasa va achicándose su tiempo. El tiempo en que lo veamos sentado en el banquillo de los acusados para que rinda cuentas de la peor gestión que conocen los santiagueños en una cartera como la de Justicia”.
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