RECONOCIMIENTO DEL CABO CASTILLO

Hace aproximadamente un año el Dr. Bernardo José Herrera había anticipado públicamente que un automóvil Fiat Uno Blanco ingresó al lugar montuoso en que encontraron el cuerpo de Raúl Domínguez, asistidos por un automóvil Fiat Duna de color Rojo. Aseveró el letrado que fue el día 23 de mayo de 2008 a las doce de la noche aproximadamente.

A partir de allí, comenzó una investigación de la querella, ante la evidente pasividad de la Justicia y la Policía que se negaban a investigar.

Luego el mismo auto es fotografiado por una menor de 14 años de edad, vecina de la familia de Raúl Domínguez, demostrando que volvía a escena ese Fiat Uno Blanco que había sido denunciado por el profesional del derecho.

Inmediatamente denunciaron el hecho, pero el Juez del Crimen de 3ra. Nominación Dr. Jorge Salomón, cuñado del Ministro de Justicia Ricardo Daives, archivó la causa. Luego el mismo Juez Gustavo Herrera, quien investigaba la causa Domínguez, resolvió, en contra de lo resuelto por el Ex Juez Salomón, reabrir la causa del Fiat Uno, atento que ya percibía encubrimiento policial.

Fue el mismo Dr. Gustavo Herrera, quien solicito que fuera la Policía Judicial de Córdoba la que investigue la causa Domínguez, toda vez que había reconocido que perdió la confianza en la fuerza policial.

A partir de la publicación de la fotografía de un policía en un medio gráfico, es reconocido por la menor vecina de la familia Domínguez, siendo éste el Cabo Hugo “Cebolla” Castillo. Las declaraciones periodísticas del letrado de la familia Domínguez fueron contundentes “Ya no hay dudas de la participación policial, existe un encubrimiento policial y judicial”.

Dicho reconocimiento que pone a la policía “profesional delictiva” del Comisario Pato en el tapete, como quienes tuvieron participación en el secuestro y la muerte de Raúl Domínguez, causó una agitada jornada en la familia policial, reconociendo la aparición de nuevas internas policiales, entre quienes quieren poner al descubierto el aparato represivo y delictivo que comanda Pato, Gorosito, Elall, Montenegro, Quiroga, entre otros, y la sana y gloriosa policía honesta que ve aumentar el descrédito y el rechazo ciudadano por la acción de bandas delictivas en la policía.
Lo dijimos hace mucho tiempo y hoy celebramos, por el bienestar de los santiagueños, que en algún momento se destaparía la verdadera acción de delincuentes uniformados, quienes tuvieron participación en el secuestro y crimen de un ciudadano que se animó a denunciar los actos de corrupción del poder político en nuestra provincia.

Esperamos que la muerte de Raúl Domínguez no sea en vano.