Las perspectivas para las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias están ahora fuertemente marcadas por los síntomas de descomposición del cristinismo. CFK y Zannini manejaron las listas de candidatos en forma autoritaria y así les fue en la elección de Capital, perdiendo por 19 puntos. Mañana, en Santa Fe, está asegurado el triunfo de Antonio Bonfatti, pero se perfila claramente segundo Miguel del Sel, que supera a Agustín Rossi. Esto sería un golpe muy duro para el gobierno, que el domingo 31 de julio, en la segunda vuelta porteña, recibirá otra paliza. Tampoco lo ayudaría demasiado que el 7 de agosto José Manuel de la Sota gane en Córdoba, luego de completar su fórmula con una candidata a vicegobernadora, Alicia Pregno, que se opuso tenazmente a la 125 en el conflicto del campo. El triunfo del “Gallego” no sería, por cierto, el de la Casa Rosada. Y así se llegaría al 14 de agosto a las primarias con un cristinismo con señales de crisis.
Muchos perjudicados
Así las cosas y con estos resultados, aumentan las posibilidades de la caída del oficialismo por debajo de los 40 puntos. Mientras tanto, Eduardo Duhalde estaría avanzando hacia el segundo puesto, pese a que los encuestadores contratados por la ANSES y otras reparticiones oficiales lo ubican tercero detrás de Ricardo Alfonsín. La explicación política de esta batería de encuestas sería la convicción del gobierno acerca de que, en el ballotage, a Ricardo Alfonsín se le podría ganar con una fuerte campaña que recuerde las crisis del gobierno de su padre y las dificultades de los radicales para ejercer el poder. En cambio, una instancia de definición con Duhalde podría colocar al FpV en una situación difícil, porque el voto opositor se volcaría masivamente hacia aquél. Chiche Duhalde levantó la apuesta días atrás al sostener que “a los kirchneristas, si pierden, los veo con el traje a rayas”. Es que una derrota los dejaría expuestos ante el grupo Clarín tomándose venganza y el probable vuelco de los jueces federales, que desempolvarían las causas pendientes por corrupción y hasta podrían revisarse sobreseimientos ya firmados por la existencia de “cosa juzgada ilícita”.
Hoy por hoy, Duhalde estaría creciendo en Capital y disputa con la UDESO el segundo lugar en Buenos Aires. El fenómeno Del Sel le permite, además, aspirar al segundo lugar en Santa Fe. En Córdoba y Mendoza subsistiría el predominio radical, pero en Entre Ríos habría paridad entre las dos principales fuerzas opositoras. En el pelotón de los más rezagados, las P.A.S.O. parecen no convenirles en absoluto a Elisa Carrió y Alberto Rodríguez Saá. Y menos a Binner, cuyo objetivo central sería mantener Santa Fe, ganar Córdoba y hacer un papel decoroso en Buenos Aires y Capital. Todos ellos están, de un modo u otro, acosados por el riesgo de que una floja cosecha de votos en las primarias los debilitaría para octubre, favoreciendo a su vez una migración de parte de sus votantes hacia Alfonsín y Duhalde.
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