FARSA PREELECTORAL DE UNA POBRE VIUDA

Ella ha creado un escenario casi infantil… de farsa y pseudología.

Trátase de una farsa expansiva y sedimentaria… pero muy barroca, en la que mucho más de la mitad de quienes son “compradores” de su prédica farsante, saben perfectamente que… aquí todos deben actuar “fingiendo aceptar y creer” mansamente todo ese enjuague, para poder mantenerse a salvo dentro de su propio sistema de conveniencias.

Es pues una farsa vendida por una simuladora, tributaria de la comedia dramática… y “comprada”, en varios actos de histrionismo, por una plétora de acomodaticios que la complacen con su sonrisa.

Son también farsantes que “compran”, con absoluta conciencia, los sofismas que les “vende” esa mercader de la infamia y de la deshonra.

Una mercader que incluso, no sólo finge hacia fuera, sino que les finge a ellos mismos. Ante su propia gente… llora, se quiebra de dolor y hasta trata de inculcarles el convencimiento cabal de todo lo falso… en conceptos y en números concretos

Se prefigura de inmediato con esta breve descripción:

Es una señora farsante casi elemental… que despliega en el escenario una especie de decálogo de sentimientos y emociones básicas con destino al agrado social ovejuno y garantizado… que acaso le permiten aparecer en escena con la mayor cantidad posible de rasgos humanos pretendidamente conmovedores:

1) El heroísmo, cuando expresa que “a los opositores no les tiene miedo”, lo cual más allá de revelar una asignatura pendiente con su propio psicólogo, irradia su personal concepción del modo en que se debe escoger el ropaje de la “líder valiente y arrojada”.

2) La compasión y la piedad, cuando dice y reitera con un aire de “perdonavidas”, que “los periodistas y los críticos le dan pena”.

Brilla aquí el temple malsano de alguien que, por mucho menos de lo que imputa, es capaz de disimular la pena por sí misma.

3) La vocación docente ejercida con gentil afecto, cuando les pide a los hombres de empresa y a los inversores “que no se equivoquen se instruyan… que estudien sus inversiones” y que serían muy tontos si no abrevan de su modelito infalible.

Y agrega con un gesto de sorna inaudito: “se los digo con cariño”.

4) La humildad, cuando repite cada vez que puede “les pido que me ayuden… para poder hacer la transformación de la Segunda Patria”, usando el 9 de julio para honrar a un solo prócer: el difunto que ha sido el récordman del enriquecimiento en toda América.

Destácase aquí, una muy graciosa yuxtaposición de valores y una victimización casi patética usada como virtud vergonzosamente falsa, siendo el reconocimiento implícito de su inutilidad personal, como que no es fácil para nadie… aceptar la propia ineptitud.

5) El pacifismo y la tolerancia, cuando desde su palio de “dictadora de leyes” impulsa el destierro de las prostitutas, la estigmatización de los “poderosos” el perdón de los ladrones parricidas… las menores penas para los delitos políticos y una enorme magnanimidad con las madres que violan la ley junto a sus hijos adoptivos.

Nótase en este asunto su trágica cultura decimonónica que le permitió asimilar, como un axioma, la virtud de algunos monarcas:

“Es mucho más poderoso quien absuelve que quien condena”.

6) La unión nacional y la vocación conciliadora cuando convoca a que todo el mundo se encolumne sin chistar detrás de sus designios y estigmatiza a los sectores que disienten, advirtiéndoles “ya sé quiénes son”, prometiéndoles en seguida despeñarlos desde las colinas del monte Taygeto, por réprobos.

7) La eficiencia y la eficacia, cuando en una decisión… propia de los más célebres “resolutos” de la historia, esquiva con muy torpe modo… toda la burocracia contenida en el “mamotreto” constitucional y dicta ella misma la ley de distribución del dinero por la augusta “necesidad” y la indiscutible “urgencia” que la República reclama.

8) La serenidad y la calma, cuando insiste, como una verdadera estadista que deslumbra al mundo, en una rutina política que lo hace todo previsible y que puede fulminar así la incertidumbre. Lo ha dicho en privado sin que se le mueva un repulgue de la cara: Ojalá Grecia pueda adoptar nuestro modelo.

Tributaria fanática y rígida de la rutina como síntesis de todos los renunciamientos… induce a la ciudadanía a que renuncie a pensar.

Y en eso, toma la proa del ejemplo personal siendo… ella misma la “primera renunciante del pensamiento”.

9) La vocación transformadora, cuando ella misma convierte a la democracia en una ficción y luego de armar el poder en un gambito de minorías ideológicas, compra con dinero los saldos en oferta que le faltan, presentándola luego como un “sistema” que es víctima de confabulaciones profesionales que pretenden aprovecharse de las masas ignorantes que no tienen aptitud para gobernarse. Generosa en extremo… viene a sufragar esa falencia con su sacrificio personal.

10) El amor entrañable por todos los argentinos, cuando demuestra palmariamente en su cabriola de falsedad, que ella es incapaz de sentir odios o rencores por alguno de ellos, siendo una estoica viuda, tal como lo ha sido toda su dignísima viudez, en un tránsito de abnegación, sacrificio y conducta cristalina. ¿Su declaración jurada se la postergó la Oficina Anticorrupción para que no se vea la herencia?

Tal pureza de alma, apegada a la virtud y alejada del vicio, se trasunta en una familia exenta de soberbia y en una pasión por exhibir la imagen de una mujer sola contra el mundo con la modestia y el recato de una dama sin marido, que es el arquetipo cartujo de la prudencia.