Carlos Reutemann, con su estilo críptico, se distanció de la Casa Rosada, movido por situaciones provinciales y personales más que por cuestiones nacionales. Para las primarias provinciales del 22 de mayo pasado, había dejado que el intendente de Rafaela, Omar Perotti, se quedara con buena parte de los votos reutemistas, colocándose a sólo 5 puntos del vencedor, Agustín Rossi.
CFK vio entonces en Perotti un aliado necesario para movilizar al reutemismo en apoyo de la candidatura a gobernador de Rossi. Así es que aquél fue convocado a Olivos y se le ofreció encabezar la lista para diputados nacionales. El ex piloto percibió entonces que el cristinismo intentaba montar un reutemismo sin Reutemann y se indignó. Fue el epílogo de un proceso más largo. Con la intermediación de Juan Carlos Mazzón, se habían iniciado varios meses atrás conversaciones para acercar posiciones entre Reutemann y CFK, que fructificaron cuando aquél anunció que apoyaría para gobernador al vencedor de la primaria del PJ, promesa que ahora incumplió. Cuando las relaciones entre ambos prosperaban, Carlos Zannini habría trabajado la idea de que Verónica Ghio, esposa del senador santafesino, podría llegar a ser la segunda candidata a diputada nacional por Santa Fe. Pero luego volvieron las desconfianzas recíprocas, hasta que se llegó al episodio de Perotti que comentamos.
La mirada mediática está puesta, para el próximo domingo, en si Miguel del Sel conseguirá arrebatarle el segundo puesto a Agustín Rossi. El caso es que los operadores mediáticos de Hermes Binner estarían impulsando el crecimiento de Del Sel sobre Rossi por razones poco conocidas. Los socialistas temen una gran elección de María Eugenia Bielsa, que encabeza la lista de diputados provinciales del FpV. La hermana de Rafael Bielsa cuenta con vuelo propio y podría recoger más votos que el mismo Rossi. Los socialistas temen, a todo esto, que les toque seguir gobernando la provincia pero en minoría en la Cámara de Diputados, con una eventual mayoría kirchnerista. De ocurrir esto último y de ser reelecta CFK, el cristinismo tendría herramientas efectivas para doblegar al sucesor de Binner, Antonio Bonfatti.
Errores no faltan
En Olivos empezarían a admitir los errores cometidos en Santa Fe, pero nuevos problemas autoprovocados casi no les dejarían tiempo para el análisis a los operadores cristinistas. Un aspecto en particular de las primarias del 14 de agosto puede terminar perjudicando seriamente el oficialismo. Probablemente para reafirmar su autoridad y debido a su escasa simpatía por el pluralismo, CFK impuso que el FpV presentara para las primarias listas únicas para presidente, diputados nacionales y también para todos los cargos bonaerenses. Las disciplinadas listas únicas pueden convertirse ahora en una trampa. Los precandidatos kirchneristas saben que serán electos candidatos fatalmente en la primaria, al no haber competencia alguna. Entonces, el incentivo para movilizar el aparato del PJ en la votación del 14 de agosto es bajo. La única que realmente pagaría un alto costo si la participación no es muy alta sería Cristina. Hasta podría llegarse a que el desinterés de los intendentes del conurbano para movilizar a los votantes termine siendo una suerte de castigo al autoritarismo de la elite cristinista. La presidente necesita obtener en la primaria el 40% de los votos para mantener alta la bandera de que triunfará en primera vuelta sin necesidad de ir a un ballotage. Los caciques del PJ bonaerense, en cambio, no tienen la misma necesidad del 40%.
Si el gobierno hubiera permitido, en cambio, la competencia en las filas oficialistas, las distintas listas movilizarían hasta el último de sus votantes ante el riesgo de perder las candidaturas. En un cálculo erróneo, la cúpula del cristinismo les dio seguridad sobre sus candidaturas a los barones del conurbano, lo que termina fortaleciéndolos ante la Casa Rosada. Este error se produjo a causa de otro error. Según la óptica oficial, la dirigencia peronista debía ser amenazada por la colectora de Martín Sabbatella. Ésta, llevando la boleta de CFK, fue programada como un serio rival para la lista de Daniel Scioli. Pero distintas razones hicieron que las chances de Sabbatella hoy sean tan débiles como para no poner en riesgo a casi ningún intendente del PJ y se limitaría, además, a obtener escasos concejales.
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