El 47% de los porteños -un 7% más que en el 2007- ratificó una buena gestión de Mauricio Macri como Jefe de Gobierno. Pero el verdadero objetivo de esta concurrencia fue decirle no al proyecto de convertir la democracia argentina en una monarquía matriarcal, autoritaria y pseudoprogresista que intentó sin éxito movilizar a los jóvenes de hasta 35 años de edad.
Sin embargo, la apuesta falló. Los jóvenes que fueron al velorio de Néstor Kirchner se vieron defraudados por los latrocinios de CFK, De Vido, Schoklender, Bonafini y Carlotto, que armaron las listas del Frente para la Victoria dejando afuera al peronismo. De más está decir que, en una primera lectura de los resultados de ayer, el peronismo porteño votó masivamente por Macri, mientras que en el voto de Filmus predomina un componente izquierdista que intenta hacer entrismo en el peronismo. En notas anteriores dijimos que la sociedad argentina está haciendo un click, porque el consumo se atascó, el malhumor ganó la calle con el descenso de River y el hasta ahora fracaso de la selección, además de que la falta de nafta es ya un problema muy serio en todo el país. El modelo kirchnerista tuvo éxito por el viento de cola internacional, malgastando una gran oportunidad que la oposición, en caso de ganar, debería retomar a partir del 10 de diciembre.
Las encuestas del ANSES
Un tema importante en el balance de lo ocurrido ayer es la teoría de muchos de los encuestadores contratados por la Casa Rosada. La misma sostiene que muchos de los que votan a Macri van a votar después a Cristina. Se trata de una postura sin fundamentos, ya que el techo de CFK no puede estar lejos del que tuvo ayer Filmus: 29%. Y puede bajar mucho más, en la medida que la situación económica, política y la corrupción generalizada sigan a la orden del día. Hablando de corrupción, está el mecanismo montado para pagar con fondos de la ANSES, es decir, de los jubilados, las encuestas que crearon la mentira del “Cristina ya ganó”. Ayer, estos encuestadores ,que le daban a Macri una ventaja de menos de 10 puntos, quedaron absolutamente descolocados.
Ahora se abate sobre el oficialismo la debacle de las elecciones provinciales de Santa Fe y Córdoba y las complicaciones en las primarias del 14 de agosto. Si CFK se estabiliza en el 35% de los votos, tendrá que ir al 23 de octubre con la consigna “reelección o cárcel”, con el riesgo de que crezca la última opción. Eduardo Duhalde puede, en parte, ser receptor de los votos macristas, además de intentar la sublevación electoral del peronismo.
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