Desde que Gerardo Zamora fue informado del robo de 33 millones de pesos de los fondos públicos de la Jefatura de Gabinete, el titular de esta cartera y hombre de “máxima confianza” del primer mandatario, Elías “Sugus” Suárez, fue “atado de cerca”; o sea, comenzaron a controlarlo y, de paso, le recortaron todos los poderes.
De todos modos, se mantenía en el despacho atendiendo a uno o dos amigos que fueron los únicos que seguían frecuentándolo.
Su reemplazo es inminente. Zamora le retiró la confianza y, sus ex amigos poderosos le soltaron la mano. Hasta los que eran sus íntimos, como los muchachos de la CGT, ya ni lo saludan. ¡Y pensar que en los seis años del zamorismo “Sugus” los colmó de subsidios!
Alerta
El martes hubo dos actos importantes en la Casa de Gobierno: la presencia del ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, y la asunción del sindicalista y diputado provincial Andrés Bernasconi como secretario de Trabajo, y “Sugus” Suárez advirtió el vacío que le hicieron desde su jefe, el gobernador, hasta el más humilde de los empleados. No fue enfocado en ningún momento por la televisión ni los flashes de los fotógrafos. Su rostro ha sido declarado “impublicable” en todos los medios. ¡Y pensar que hasta hace dos meses era la figurita repetida en grandes planas y en extensos programas de tevé!
Sin duda, advirtió que está echado y por ello miércoles no apareció por su despacho. Pareciera que se dio por despedido.
Ahora está rogando que Zamora no impulse las investigaciones que podrían hacerlo correr la misma suerte del ex intendente Julio Alegre, hoy preso y enfermo en el Penal de Colonia Pinto.
Sin embargo, la ciudadanía sabe que “Sugus” hizo, desde la función pública, una cantidad de dinero incalculable. Compró pisos en las torres más coquetas de la ciudad de Córdoba; es dueño de tres edificios de departamentos en nuestra capital; compró una casa-quinta en el barrio El Cabildo; es coleccionista de camionetas 4 x 4 y de jeeps antiguos, etc.
Ha sido dueño de los mejores negociados que han perpetrado funcionarios de este gobierno.
El affaire de noviembre fue el colmo. Sacó de los fondos que estaban a su custodio la friolera de 33 millones, que los repartió en tres agencieros publicitarios amigos (11 millones de pesos cada uno), utilizando para la extracción el método de las facturas apócrifas. El ex subsecretario de Prensa (dependiente directo de “Sugus”), “Lito” Argañaraz, les indicaba el concepto y los muchachos publicistas confeccionaban las facturas.
Al final, entre los cinco se repartieron los 33millones, producto de lo cual conocieron el mundo en viajes de placer, adquirieron automóviles, casas y, como si fuera poco, dos hoteles en la costa atlántica: uno en Cariló y el otro en Pinamar.
Por ello, creemos que aunque rueguen día y noche, el gobernador Gerardo Zamora no podrá detener las investigaciones ni en encarcelamiento de estos dos funcionarios y sus tres cómplices.
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