CUANDO UNA INJUSTICIA SE DISFRAZA DE REIVINDICACION‏

La muerte del Agente de Policía Barrera es la razón más trágica de comienzo de año que tenemos para explicarles el porqué insistimos con el blanqueo de salarios y la sindicalización de las fuerzas policiales y penitenciarias.

Nuestra lucha lleva muchos años y es oportuno recordarle a nuestros colegas en actividad que Jonatán no es el único que perdió la vida en cumplimiento del deber, sino que basta ver el monolito con la placa y el nombre de de cada uno de ellos, para que nos demos cuenta que este tipo de muertes es una película que la venimos viendo desde hace bastante tiempo. Aún no hay político alguno y mucho menos Jefes de Policías que busque una solución para reducir estos riesgos y que en todo caso requiera a una reivindicación acorde a este trágico suceso.

Con el cuerpo del infortunado policía aun caliente, salieron a propalar a los cuatro vientos que promovían al agente Barrera al grado de “Cabo pos Mortem”; si bien es cierto, es lo que reglamentariamente corresponde, con la política que está llevando a cabo el Dr. Zamora y la complicidad de quien conduce la fuerza, hace que este acto aparentemente justo, sea el golpe más injusto y hartero que tanto los policías en actividad, como las esposa y el hijo de Jonatán puedan sufrir, sumado al dolor que significa perder a un esposo y padre en estas circunstancias.
Para que esto se entienda bien, voy al ejemplo real y concreto, primero considerando la mejor de las hipótesis; que el Agente Barrera hubiera permanecido con vida pero por sus lesiones era retirado del servicio y luego sí, lo que realmente ocurrió. Con la escala de sueldo vigente a partir del 01/07/2010 (pueden conseguirla en la Administración Policial o en la UTP), tomando únicamente el caso del Agente y del Cabo (jerarquía a la que fue ascendido Barrera) y el informe de la asesoría legal de la Unidad de Trámites Previsionales (UTP) de la Policía sobre los conceptos que se dejan de percibir una vez pasado a retiro, por ser “pagos en negro” van a poder darse cuenta de la verdadera injusticia que se comete con los policías en actividad y los retirados.
Barrera cobraba como Agente un total de $ 1.493,32 mas todos los pagos en negro que hace el gobierno; al ser promovido al grado de Cabo su nuevo haber sería de $ 1.539,32 con lo que recibe un incremento de $ 46; pero como estamos considerando su retiro automáticamente pierde todo lo que venía cobrando en negro entre lo que figura en la escala de sueldos, uniforme $ 62 y Adicional Decreto 502/05 $ 74,83 lo que hace un total que pierde de sus haberes de $ 136,83 (Ver imagen del la UTP). Si a ese resultado le restamos el incremento por el aseso a Cabo de $ 46, tenemos que el Agente Barrera con asenso y todo hubiera perdido de su haber $ 90,83 y su sueldo final hubiera sido de $ 1402,49, menos de lo que ganaba como agente, lo que lo deja por debajo de la línea de pobreza.
Ahora tomamos el ejemplo real: con la muerte del Agente Barrera, su esposa pasa a ser pensionada del policía fallecido y el sueldo que percibirá de ahora en mas es del 70% de lo que hubiera cobrado su esposo si hubiese permanecido con vida, es decir solamente cobrará el 70% de los 1402,49. Lo que realmente sería de $ 981.75 (haber de indigencia), si se considera que la mínima por ley es de $1.200, seguramente cobrara esa suma mensual y con un poco de suerte unos pesos más. Así con la promoción del Agente de Policía Jonatán Mauro Barrera  la jerarquía de “Cabo pos Mortem” lo que en apariencias es un acto de reivindicación, termina siendo un acto de injusticia que convierte a su esposa e hijo -seres muy queridos por el Agente fallecido- en los nuevos indigentes de esta provincia.
El informe producido por el Área Jurídica de la UTP, va a servir para que cada uno de los policías en actividad controlen en sus recibos de haberes y resten todos estos ítems y el resultado será lo que cobraran cuando se retiren o si ocurre un hecho lamentable (espero que sea el último) como el que me ocupa.
Aclarado el porqué del blanqueo, me toca ahora explicar las razones de la sindicalización de las fuerzas policiales y penitenciarias. El sindicato nace como una organización destinada a defender pura y exclusivamente los derechos del trabajador. Hoy el policía en casi todas partes del mundo es considerado un “Trabajador de la Seguridad Pública” y por lo tanto está autorizado a crear todas las organizaciones necesarias que mejor defiendan sus derechos: condiciones dignas de trabajo, capacitación, salarios, salud, esparcimiento, economía, etc.
Y si por alguna razón esos derechos básicos son vulnerados por la patronal queda abierta  la posibilidad del dialogo, la conciliación y de última la medida de fuerza. Muchos asegurarán que los sindicalistas son corruptos y se prenden con todos los gobiernos por dádivas personales, y no están equivocados. Toda organización humana es falible y tiene sus defectos, pero la importancia en este caso es que, el afiliado con un número suficiente puede convocar a asamblea, destituir al Secretario General y nombrar a otro que represente mejor sus intereses; así de fácil. A un Jefe de Policía o Funcionario de Gobierno no se lo puede remover mientras el gobierno de turno no lo determine, esa es la pequeña y gran diferencia.