La tropa del ministro de Gobierno José Emilio “Pichón” Neder está firmemente insurrecta y demasiada pedigüeña. Hablamos de la autodenominada “Bases Peronistas”, cuyos miembros se han agrandado después del 5 de septiembre cuando ganaron la mayoría de las intendencias, y suponen que han crecido suficiente como para exigir puestos importantes no sólo en el gabinete de Gerardo Zamora, sino la administración del Iosep, la Secretaría de Economía de la municipalidad de Capital y otros requerimientos que los premie porque se consideran los “coroneles del triunfo”.
“Pichón” no los puede contener. Lo superaron. Los muchachos entran y salen del despacho del ministro exigiéndole que le exija a Zamora cuestiones personales; repetimos, cargos y mayor protagonismo dentro de la administración provincial. En estos enjuagues no está ajena la CGT oficialista o zamorista.
El gobernador y sobre todo su jefe de Gabinete, Elías Suárez, que no son lerdos ni perezosos, desde hace un mes están operando y tratando de reclutar unas “Bases Peronistas” y una “CGT” paralelas; esto último con algunos gremios serios y de trabajadores privados. Claro, la reacción es lógica, porque los “nederistas” han tirado y tiran demasiado de la soga.
Ahora, el intríngulis institucional que está provocando justamente “Bases Peronistas” en la comuna de Las Termas es la gota que colmó el vaso y Zamora debería entender que Neder dejó de conducir a sus muchachos y, consecuentemente, este ministro de Gobierno ya no le es útil (sino perjudicial) en esta nueva etapa en la que el gobernador no sólo exige “manejar prolijamente los fondos públicos”, sino que está atento para que en todos los ámbitos (especialmente en las) “arranque un nuevo período de orden institucional”.
En síntesis, los muchachos de Bases Peronistas, que hasta hace poco consideraban a “Pichón” Neder como Gardel o como Carlos Juárez, ahora creen que es un pusilánime y por ello adoptan medidas extremas (como el caso Las Termas), provocándole al ministro de Zamora un daño desmedido en su carrera política y, como correlato, una grave lesión a la democracia e institucionalidad del gobierno provincial todo.
Hoy en día, por “vivir” atendiendo a sus exigentes muchachos de “Bases Peronistas”, Neder poco y nada atiende las cuestiones que le competen a sus funciones como ministro de Gobierno, llegando a descuidar, por ejemplo, a la policía de la provincia que de la mano de Marcelo Pato ha perdido categoría y se hs transformado en una institución caótica donde cada uno hace lo que se le ocurre. Tanto, que se multiplican los casos delictivos con participación de uniformados.
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