El artículo 64 de la Carta Orgánica municipal dice que en caso de muerte, renuncia, destitución o vacancia definitiva del intendente faltando menos de dos años para que termine el período, convocará al Concejo “a objeto de designar por mayoría de votos de los miembros presentes, el Concejal que ha de reemplazar al Intendente hasta el fin del período; debiendo en caso contrario, repetirse la convocatoria por los términos indicados hasta que la elección se efectúe”.
Ahí reside la clave para la promocionada candidatura del hermano del gobernador. Si el oficialismo gana en las elecciones del 5 de septiembre, durante dos años Hugo Infante estará a cargo de la intendencia municipal, casi como cuidando el sillón para el hermano del gobernador, que asumirá el cargo apenas esté habilitado para hacerlo, es decir a los dos años y un día de mandato.
Así, Daniel Zamora, a quien no se le conocen los antecedentes políticos, podría completar el mandato de Infante y de paso quedar habilitado para otros destinos, como alguna diputacía, una senaduría y hasta -quién sabe- el mismísimo sillón de Juan Felipe Ibarra, en lugar de su hermano Gerardo.
Claro, que para eso todavía tiene que ganar en las elecciones algo que, hoy por hoy, está en duda.
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