Desde hace largos años los medios de prensa locales (diarios - radios y televisión) vienen en modo sistemático engañando la sociedad, cual deben informar. Sus directores, propietarios y periodistas, devenidos en dignidades o fiscales públicos en casos resonantes a la sociedad, han dejado de lado su papel objetivo y mediador entre el Estado y la Sociedad. Privilegiando intereses personales o empresariales por el colectivo, en el vil manejo de la marginal información apartándose de sus obligaciones éticas y moral.
Para comprender el modelo democrático que se vive en la provincia, debemos los santiagueños primeramente entender la relación que vincula la prensa al poder político que los alimenta. Tal vez allí este la razón del porqué del abandono en su papel crítico al grado del "encubrimiento" de todos los medios tradicionales frente a los abusos del poder político de turno.
El liberalismo empresarial y la globalización de la información son conceptos para el santiagueño, en etapa embrionaria. Los medios locales de prensa parecen responder más por aquel fundamento que considera "la información" como un negocio; mientras la sociedad enfrenta un paulatino proceso de desinformación donde medios y Estado tienen mucho que ver. Así advertimos sin opción a cambio alguno, como los medios de comunicación estructuran su agenda noticiosa la mayoría de veces en torno de los intereses del poder y sus voceros ( periodistas - opinólogos ) sin hacer el contrapeso debido con la expresión y en defensa de los sectores sociales más vulnerables.
Por otro lado, cuando los medios de comunicación critican el intervencionismo del Estado como un mecanismo que violenta la libertad de prensa, muchas veces olvidan que históricamente no ha habido una separación tajante entre Estado y Prensa, sino más bien una relación incestuosa debido a las ventajas mutas para sus intereses políticos y económicos. Solo cuando esa relación incestuosa se altera: La libertad de prensa como garantía constitucional es su antídoto. Para luego retornar al mismo circulo vicioso que a lo largo de tantas décadas mantiene "cautivo" a los ciudadanos.
Muchos actores políticos han apostado en comprar medios de comunicación pues, ciertamente, muchas de las batallas políticas y sociales se ganan o pierden en los medios de comunicación. En Santiago del Estero existe un claro ejemplo de ello (caída de los Juárez). En tanto otros, con su poderío económico desde una perspectiva distinta a la política que abandonaron apuestan desde sus medios al mismo Estado. Pero todos en la consecución de un idéntico fin: El enriquecimiento personal. Me parece que la reciente historia vivida posee ejemplos muy claros y elocuentes de lo manifestado.
Hoy la historia nuevamente nos compromete como sociedad. Se aproximan elecciones municipales en todos los distritos de la provincia. Tal vez la ciudad Capital sea la madre de todas las batallas. Los medios de prensa asociados al Estado (diarios - radios y television) están prestos a sobredimensionar las bondades y virtudes del candidato oficial.
Así las cosas, se equivocan cuando de dar batalle se trata. Son las minorías políticas, hombres y mujeres, anónimos militantes del pueblo, arteramente silenciados por esos mismos medios de prensa quienes en realidad darán aquella titánica batalla. Sera tal vez por ello que sus votos lleva ínsito un plus de valor: El sentimiento de un pueblo.-
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