Los errores de la vida son enmendados al devenir del tiempo por la propia vida. Ella brinda la oportunidad de rectificar la conducta equivocada del pasado.
En la política, sucede lo mismo? Claro que no. Lo política son momentos evolutivos sociales. Compartimentos sucesivos pero estancos, cada uno con sus propias peculiaridades (económicas - sociales - religiosas, etc.). Que, con exacerbado narcisismo, se supone superador al anterior. Aunque, bien lo saben, esa superación sea meramente maquillada, superficial, reciclada en favor de sus propios intereses. Bajo la engañosa apariencia de superación, obnubilan al colectivo social.
La reciente historia nos ha dado como sociedad la posibilidad de rectificar nuestra historia, de enmendar los errores del pasado con dos intervenciones federales. Ambas (1993-2004) motivadas en las más disimiles razones. La primera lo fue "para restablecer el orden institucional interno" pacificar la sublevación social (santiagueñazo) que arrasó con sus llamas la democracia enferma que vivíamos; la segunda, para "restablecer el régimen republicano de gobierno" ante la protesta social teñida de bronca, repudio e intereses bajo el manto de sangre de dos jóvenes olvidadas (doble crimen de La Dársena).
En la política, sucede lo mismo? Claro que no. Lo política son momentos evolutivos sociales. Compartimentos sucesivos pero estancos, cada uno con sus propias peculiaridades (económicas - sociales - religiosas, etc.). Que, con exacerbado narcisismo, se supone superador al anterior. Aunque, bien lo saben, esa superación sea meramente maquillada, superficial, reciclada en favor de sus propios intereses. Bajo la engañosa apariencia de superación, obnubilan al colectivo social.
La reciente historia nos ha dado como sociedad la posibilidad de rectificar nuestra historia, de enmendar los errores del pasado con dos intervenciones federales. Ambas (1993-2004) motivadas en las más disimiles razones. La primera lo fue "para restablecer el orden institucional interno" pacificar la sublevación social (santiagueñazo) que arrasó con sus llamas la democracia enferma que vivíamos; la segunda, para "restablecer el régimen republicano de gobierno" ante la protesta social teñida de bronca, repudio e intereses bajo el manto de sangre de dos jóvenes olvidadas (doble crimen de La Dársena).
Pero nada cambio. Inexplicablemente el primer remedio federal posibilito el retorno al gobierno de los mismos sujetos que fueron su propia consecuencia, contrariando así los estándares sociológicos conocidos; en la última, sucede algo parecido, los mismos actores responsables de aquellas consecuencias fueron los que retornaron al poder, aunque maquillados bajo una aparente renovación.
Nada cambio:
Al presente como maléfico castigo, se conjugan en la realidad política, social, económica y en un mismo gobierno aquellas disimiles falencias de nuestro pasado.
La falta de institucionalidad, al igual, el de acatamiento al régimen republicano de gobierno es una constante. Pero mansamente lo soportamos.
Nada cambio:
Al presente como maléfico castigo, se conjugan en la realidad política, social, económica y en un mismo gobierno aquellas disimiles falencias de nuestro pasado.
La falta de institucionalidad, al igual, el de acatamiento al régimen republicano de gobierno es una constante. Pero mansamente lo soportamos.
Así, jueces en comisión como lo actuales jamás se vio a lo largo de nuestra historia, solo un caso asemeja al presente modelo judicial, el de los "regímenes totalitarios o gobiernos de facto"; sumado a la ausencia de control institucional de legalidad y procedencia formal de cuantos actos administrativos se llevan adelante, posibilitan las permanentes estafas y desfalco al erario público. Pero nadie actúa. En lo legislativo, la situación no es diferente, una Cámara de Diputados con legisladores que nada legislan, ausentes en los reclamos sociales y de espalda al pueblo esperan llegar a fin de mes para cobrar suculentos sueldos injustificados; la Iglesia, como las muchas Organizaciones Intermedias y ONG, son subvencionadas o subsidiadas desde el poder comprándose así sus cómplices silencios.
Poder Concentrado:
Hoy más que nunca el manejo discrecional de poder está concentrado en manos de pocos actores sociales (políticos - empresarios). Son los verdaderos gobernantes - jueces y fiscales que digitan a gusto y placer el termómetro social.
Poder Concentrado:
Hoy más que nunca el manejo discrecional de poder está concentrado en manos de pocos actores sociales (políticos - empresarios). Son los verdaderos gobernantes - jueces y fiscales que digitan a gusto y placer el termómetro social.
No hace mucho, la sociedad buscaba refugio en algún sector de la prensa para hacer oír sus reclamos. Hoy, ni siquiera ese derecho ciudadano se tiene. Los medios tradicionales manipulan la información en consonancia a los intereses del gobierno.
Lo sucedido con el empleado de la DGR Raúl Domínguez, los muertos del penal, los bebes experimentales, el desfalco municipal en manos de Julio Alegre y tantos otros hechos escandalosos de corrupción de igual o mayor gravedad a los pasados, son arteramente silenciados.
Prensa y política son incompatibles en sus roles sociales; pero hoy en Santiago del Estero eso no interesa. Los políticos son propietarios o accionistas de los medios de comunicación en algunos casos; en tanto otros, hombres de naturaleza política-propietarios de medios han priorizado sus empresas privadas al colectivo social.
En definitiva, como nunca, no existe línea editorial independiente. Y con ello la libertad de pensamiento esta cercenada y condicionada.
Hora de pensar:
Es tiempo de pensar con ciudadana responsabilidad: Hacia dónde vamos, qué queremos? para evitar aquellas funestas consecuencias. Es hora de acabar con ligaduras condicionantes a nuestras libertades, en especial la de pensamiento. Es hora de hacer el sacrificio para edificar la patria chica con igualdad de oportunidades para todos y dejar de pensar en una sociedad de iguales entre iguales. De nosotros, de nuestra responsabilidad, depende edificar el porvenir de los que nos siguen.-
Hora de pensar:
Es tiempo de pensar con ciudadana responsabilidad: Hacia dónde vamos, qué queremos? para evitar aquellas funestas consecuencias. Es hora de acabar con ligaduras condicionantes a nuestras libertades, en especial la de pensamiento. Es hora de hacer el sacrificio para edificar la patria chica con igualdad de oportunidades para todos y dejar de pensar en una sociedad de iguales entre iguales. De nosotros, de nuestra responsabilidad, depende edificar el porvenir de los que nos siguen.-
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