Por ello, habria resuelto echar a Suárez y a Argañaraz.
De todos modos, se esperara horas o días para anunciar los grandes cambios, como una forma de disimular el derrocamiento de su “todo poderoso” jefe de Gabinete.
Hecharia a “Sugus” y de paso, reemplazará al ministro de Salud y Desarrollo Social, Luis César Martínez. Asimismo, correrá del Ministro de Justicia hacia la presidencia del Superior Tribunal de Justicia a uno de sus ministros más ineptos, como Ricardo Daives, quien se fue favorecido por la decisión de retirarse del actual titular del máximo órgano judicial, Lionel Suárez. Daives, durante seis años, debe haber atendido a dos o tres personas en su despacho, en el que vivió encerrando elucubrando seguimientos e investigaciones a propios zamoristas o colegas del gabinete.
Fue su obsesión policíaca la que lo desconectó de la realidad (o de la calle), y que le impidió, por ejemplo, conocer y resolver la problemática del sistema carcelario de la provincia. Por su incompetencia para el cargo le explotó la bomba en la mano con la masacre en la Cárcel Pública de Varones donde fueron asesinados 39 presos, ya que jamás atendió ni leyó las denuncias de abogados, presos y familiares que fueron a contarle la situación desastrosa del establecimiento carcelario.
Claro que Zamora también va a meter mano en otras reparticiones donde imperan las sospechas de corrupción y mal funcionamiento.
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