La causa que investiga la supuesta defraudación en perjuicio de la Dirección General de Rentas de la provincia, que es lo mismo, la defraudación al "pueblo santiagueño en general", una vez más se encamina al punto muerto, es decir, camino a la impunidad.
La decisión política le fue impartida al juez Ramón Tarchini Saavedra, y vino directamente del "alto mando" que lo puso en el cargo. Todos saben en los corrillos tribunalicios la fuerte vinculación que mantienen algunos detenidos con la familia del magistrado. Se deben favores y silencios recíprocos. Tan cercana sería la afinidad con el magistrado que hasta supo "depositar su judicial confianza en la persona de alguno de los imputados", claro está, previo pago de los favores recibidos.
Esta situación no sería extraña al conocimiento del magistrado, más aún, la sola amenaza de "mencionar la persona del gestor encargado de los timbrados truchos", lejos esta de constituir un aporte o colaboración con la investigación. Por el contrario, quienes de esto conocen, afirman que se trata de un "tiro por elevación" un claro mensaje y reclamo de libertad, caso contrario digo todas las irregularidades que conozco.
Y no fue para menos. La millonaria defraudación no se circunscribe a los irrisorios importes por el timbrado de un 08 para automotor. Va mucho más lejos, apunta al corazón del gobierno de Gerardo Zamora, su centro neurálgico de corrupción, es decir: la obra pública. Cuyos ilícitos trámites están muy lejos de pasar por las manos de unos simples gestores locales, verdaderos perejiles en esta historia de corrupción. Que al menos hasta el presente en su haber un "asesinato impune", el de Raúl Domínguez.
Por lo pronto y, muy secretamente ya pasaron varios "mega empresarios" por la causa judicial, quienes abriendo paraguas antes que caiga el aguacero, se victimizaron ante el magistrado quien solamente les recibió un simple "testimonio". El más emblemático, Daniel Zamora actual concejal capitalino y hermano del gobernador de la provincia, exitoso mega empresario y reconocido millonario a partir del año 2005.
Todo parece dar resultado. El canto que amenaza el gorrión hace tambalear el vuelo alto de las águilas. Verdaderas aves de rapiña que seguirán robando y enriqueciéndose a expensas del pueblo más empobrecido del país.
En tanto Raúl Domínguez seguirá esperando la debida justicia con el encarcelamiento de los responsables de los 08 de la muerte. Por ahora, lograron torcer el brazo de la justicia. Pero la dignidad de un pueblo que reclama y necesita un real cambio, se mantiene incólume.
La decisión política le fue impartida al juez Ramón Tarchini Saavedra, y vino directamente del "alto mando" que lo puso en el cargo. Todos saben en los corrillos tribunalicios la fuerte vinculación que mantienen algunos detenidos con la familia del magistrado. Se deben favores y silencios recíprocos. Tan cercana sería la afinidad con el magistrado que hasta supo "depositar su judicial confianza en la persona de alguno de los imputados", claro está, previo pago de los favores recibidos.
Esta situación no sería extraña al conocimiento del magistrado, más aún, la sola amenaza de "mencionar la persona del gestor encargado de los timbrados truchos", lejos esta de constituir un aporte o colaboración con la investigación. Por el contrario, quienes de esto conocen, afirman que se trata de un "tiro por elevación" un claro mensaje y reclamo de libertad, caso contrario digo todas las irregularidades que conozco.
Y no fue para menos. La millonaria defraudación no se circunscribe a los irrisorios importes por el timbrado de un 08 para automotor. Va mucho más lejos, apunta al corazón del gobierno de Gerardo Zamora, su centro neurálgico de corrupción, es decir: la obra pública. Cuyos ilícitos trámites están muy lejos de pasar por las manos de unos simples gestores locales, verdaderos perejiles en esta historia de corrupción. Que al menos hasta el presente en su haber un "asesinato impune", el de Raúl Domínguez.
Por lo pronto y, muy secretamente ya pasaron varios "mega empresarios" por la causa judicial, quienes abriendo paraguas antes que caiga el aguacero, se victimizaron ante el magistrado quien solamente les recibió un simple "testimonio". El más emblemático, Daniel Zamora actual concejal capitalino y hermano del gobernador de la provincia, exitoso mega empresario y reconocido millonario a partir del año 2005.
Todo parece dar resultado. El canto que amenaza el gorrión hace tambalear el vuelo alto de las águilas. Verdaderas aves de rapiña que seguirán robando y enriqueciéndose a expensas del pueblo más empobrecido del país.
En tanto Raúl Domínguez seguirá esperando la debida justicia con el encarcelamiento de los responsables de los 08 de la muerte. Por ahora, lograron torcer el brazo de la justicia. Pero la dignidad de un pueblo que reclama y necesita un real cambio, se mantiene incólume.
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