El kirchnerismo también podría usar colectoras en la Capital, Santa Fe y Córdoba

La reelección a culaquier precio
 

El artículo 22 de la ley 26.571 de Reforma Política es una obra maestra de la ingeniería electoral kirchnerista. Dice lo siguiente: “los precandidatos que se presenten en las elecciones primarias sólo pueden hacerlo en una sola agrupación política y para una sola categoría de cargos electivos”. 

Es decir que CFK no podrá ser a la vez candidata a presidente del Frente para la Victoria y de Nuevo Encuentro, el partido de Martín Sabbatella. Esto hizo pensar a la oposición que quedaban eliminadas las colectoras. Pero la ley no prohíbe que el Frente para la Victoria autorice a Nuevo Encuentro a que una su boleta de Sabbatella como candidato a gobernador con la de CFK para presidente. Esta autorización sólo depende de la aprobación judicial. Obviamente, debería interpretarse que si la ley no acepta que en las primarias un candidato pueda serlo al mismo tiempo de dos partidos, lo coherente sería que la justicia no acepte que se burle esta disposición a través de pegar las boletas. Pero el kirchnerismo se basa en la manipulación sistemática de las reglas de juego y éste es sólo un nuevo ejemplo.

Ante el nuevo escenario, Daniel Scioli parece estar grogui. Ayer sus voceros dejaron trascender que estaría estudiando renunciar a su candidatura a gobernador si el gobierno sigue adelante con la colectora de Sabbatella. Desde la Casa Rosada, el gobernador habría recibido una llamada cortante; “Si querés renunciá y entonces el candidato va a ser Massa”, habría sido el mensaje que recibió. Pocas horas después Gustavo Marangoni, el vocero de la gobernación, aclaró que su jefe ni piensa en renunciar a su candidatura.

Cambia el escenario

Todo indica que la argucia de las colectoras que Néstor Kirchner le dejó como legado a CFK puede trastocar todo el escenario electoral. El efecto más importante es que la tracción de votos kirchneristas hacia Sabbatella podría hasta llevar a la derrota de Scioli ante Francisco de Narváez, el rival que lo sigue en las encuestas. Algunos intendentes justicialistas del conurbano, maestros del pragmatismo, estarían ya conversando con Carlos Kunkel, Fernando “Chino” Navarro y Mario Ishi para colocar candidatos a concejales en la colectora de Sabbatella y compensar así la probable pérdida de votos. Son muchos los intendentes convencidos de que, como en su municipio son los únicos candidatos de peso, serán reelectos pese a la colectora kirchnerista y el único problema es evitar, como dijimos, perder la mayoría en los consejos deliberantes. Otros, en cambio, sienten que la existencia de colectoras los empuja hacia el precipicio.

Con respecto a Hugo Moyano, presidente del PJ bonaerense, las colectoras no le vienen mal, porque le permiten colocar más camioneros en las listas.

Una receta para varias provincias

Pero el afán kirchnerista de acumular votos para conseguir la reelección podría llevar a que en Capital haya dos listas para jefe de gobierno, encabezadas, por ejemplo, por Amado Boudou y Daniel Filmus. En Santa Fe podría llegarse también a una solución similar, con Rafael Bielsa y Agustín Rossi, y en Córdoba, con Eduardo Acastello y José Manuel De La Sota. Esta estrategia produciría varios efectos: le sumaría votos a CFK, pero dividiría los votos para gobernador. En los casos de la Capital, Santa Fe y Córdoba este último efecto no es grave, porque de cualquier modo lo más probable sería que el kirchnerismo no acceda al gobierno local. En cuanto a Buenos Aires, la eventual derrota de Scioli, combinada con la reelección de CFK, sería vista en Olivos como un verdadero triunfo, porque quedaría fuera de carrera el único dirigente que amenaza al imperio kirchnerista desde dentro del PJ.

Por último, en algunos casos, a la oposición también podrían convenirle las colectoras. Por ejemplo, Mauricio Macri podría resolver su interminable negociación con el Peronismo Federal ofreciéndole una colectora en la provincia de Buenos Aires, que le sume votos para presidente.