Seis policias de la localidad de Añatuya fueron detenidos por sus pares, al sorprenderlos vendiendo mercaderia secuetrada a personas que venian en un tours de compra desde Bolivia. No es de sorprender la policia profesional santiagueña que cometan estos actos, con la cabeza que maneja la cupula policial. Tal como lo denunciamos en un articulo anterior, ingresan a la escuela de policia por politica, individuos con frondozo prontuario policial, saquen sus propias conclusiones.
La detencion de los efectivos habría sido dispuesto por la cúpula de la Unidad Regional Nº 3. El lunes pasado a las nueve, la Policía secuestró casi $ 20.000 entre ropa y calzados ingresados aparentemente de manera ilegal al país, pero accedió a que todo el transporte siguiera su viaje, sin la mercadería incautada.
Pero, ese mismo día, a las cuatro de la tarde, un funcionario policial detectó a seis uniformados trasladando a dos automóviles particulares 5 bolsas, 4 mochilas y 3 cajas, repletos de ropa y zapatillas, mercadería que habían sido incautadas horas atrás a los ciudadanos bolivianos.
Ayer, el mismo funcionario descubrió que casi todos esos productos habían sido puestos a la venta en un comercio de calle Pueyrredón, entre Belgrano y Sarmiento, en el casco céntrico de la “Ciudad de la Tradición”.
Inmediatamente, la jefatura de la Unidad Regional Nº 3 lograron establecer que se trataba de la misma mercadería retenida al transporte de larga distancia.
Por la tarde, fueron arrestados y suspendidos tres policías de la Comisaría 41 y otros tres de la Unidad Regional Nº 3.
Ellos son dos oficiales, de apellido Pérez y Pellene, los cabos González y Palavecino, y los agentes Verón y Palavecino. Todos están alojados en la Unidad Regional Nº 3, donde también fue depositada nuevamente la mercadería.
Cabe destacar que el cabo Palavecino es padre del agente y suegro del oficial Perez, mientras que el agente Veron fue ascendido recientemente a cabo
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