¿Cómo iba a ir la Presidente Cristina a uno de los homenajes más grandes que el pueblo le puede hacer a su patria: el desfile militar? Ella, que odia a los militares, no podía estar presente y aplaudir a las Fuerza Armadas de la Nación. Como una montonera, no podía demostrar que le rendía honores al Ejército del país. Además, ahí no estaban sus "muchachos", a los que se les paga para ir. Ahí estaba el pueblo argentino, niños, jóvenes, adultos y ancianos, quienes ante el paso de las Fuerzas Armadas de la Patria, aplaudieron a rabiar.
Era evidente que, al no garantizar que estuvieran "sus muchachos", quedaba expuesta a lo que sin ninguna duda iba a ser un abucheo a su persona y a su séquito. Mandó al bigotudo y a la ex de Abal Medina, que, con cara de cu…, siguieron parte del desfile, pues desaparecieron rápidamente del lugar. Quedó el pobre Scioli, que no puede despegarse de los K, pero que al mismo tiempo, busca desesperadamente no quedar pegado a ellos.
Esto no fue una demostración de incapacidad más de la Presidente, sino un atropello a las Fuerzas Armadas y al pueblo argentino en su conjunto.
Parece que el homenaje al Bicentenario se hace con murgas, con expresiones de rock, que de paso pregunto: ¿son ellos los que expresan la música nacional? Y el folklore, y el tango, apenas presentes con algunos manifestantes.
Si el tango fue considerado un bien de la humanidad, ¿cómo no centrar en él el homenaje a la música nacional en el bicentenario?
La Catedral de Luján, donde se celebrará el Te Deum, el 25 de mayo, está rodeada de tarimas en las cuales el Rock será el principal protagonista.
Sra. Presidente, sabemos de sus odios, sabemos de sus inestabilidades emocionales, sabemos de sus enriquecimientos, antes (mientras quiere hacer creer que era perseguida), sabemos de su enriquecimiento durante la presidencia de su marido y la suya, sabemos de la irregularidad de su título universitario, ¡sabemos tanto de usted!
Pero la Presidente olvida que ella es la Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. Entonces, no sólo no cumplió con su deber de estar presente, sino que se mofó de la gente que por lo menos por un ratito quiere ver una Argentina unida.
Al Colón tampoco se anima a ir. Claro que la vamos a abuchear cuando entre. De eso no cabe duda, pero así como se hace la mujer poderosa, que obviamente no lo es, acepte lo que el pueblo le quiera manifestar.
Preséntese ante el pueblo, sin "sus muchachos" pagos y acepte la realidad, quizá todavía esté a tiempo para cambiar su imagen.
Anímese a ser la Presidente de todos los argentinos. Aceptando aplausos y abucheos.
¿Es capaz?, creo que NO, le faltan ovarios.
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