La carta del ex intendente Julio Alegre, es una amenaza mafiosa y no una declaración de inocencia.
Se especula que la Justicia debería citar a quien fuera el jefe de la comuna para que explique por qué menciona a Alberto Molina Areal, “Rupa”, Daniel Russo, Horacio Lugones, “El Negro”, Elías Suárez, “Sugus” y Raúl Domínguez. ¿Los alude porque fueron sus cómplices?, ¿porque saben algo?, ¿acaso sospecha o sabe fehacientemente que son partícipes o cómplices de algún delito?
Si la Justicia de Santiago no desea que la sociedad crea que ella misma es una gran corporación mafiosa, debería llamar a Alegre a aclarar sus dichos.
¿Quiénes son Dani Jaime, Josesito Uñates y Ñoño Robles, también referidos por Alegre?, ¿tienen algo que ver con las coimas millonarias que se dice que se estarían pagando en diversas obras y contratos públicos?, ¿qué hay de Marcelo Tarchini, el arquitecto Giambroni, Walter Gerez, Marta Tarchini, a quienes también nombra Alegre?¿serán contratistas municipales o provinciales enriquecidos súbitamente en los últimos tiempos? No se trata de una acusación al voleo de alguien que no sabe qué sucedió en Santiago, sino de la carta de un funcionario, preso por haber cometido, supuestamente, actos de corrupción.
También es muy clara la amenaza mafiosa que figura en el párrafo en que Alegre dice que sólo ha contado el 10 por ciento de las cosas que le pasaron, con lo que da a entender que en cualquier momento podría contar el 90 por ciento restante.
La Justicia tiene leyes que acatar y cumplir, la mafia tiene códigos, entre ellos el de la “omertá”, que llama a silencio a quienes prestan juramento dentro de las organizaciones criminales. Al parecer algunos ex amigos de Alegre rompieron esta barrera del hampa, lo que lo autorizaría a él también a decir lo que sabe. Habrá que ver si se anima a seguir denunciando lo que hizo o vio que otros hacían mientras era intendente, o todo queda en amenazas?
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