En general los argentinos estamos hartos de las promesas de ayuda de los políticos para gente carenciada, que nunca se cumplen.
Lo de la vez pasada en el programa de Marcelo Tinelli, dejando de lado la parte artística, que nos puede gustar o no, se cumplieron 3 sueños, de los cuáles me importó mucho el primero que es la historia de una escuelita en un pueblito llamado La Abrita, situado, por supuesto, en mi provincia de Santiago del Estero.
Nos contaron que no tenían agua, baños, bancos, útiles, etc. Eran 37 chicos que se desplazaban con 50 grados de calor a pié o a caballo en medio del monte para llegar a su escuela. La directora, Viviana Godoy, se desplazaba en bicicleta; un lujo.
De pronto, una mañana aparecieron unos camiones de la empresa Corletti. A bordo venía Matías disfrazado de inspector. No les voy a contar todos los detalles, pero lograron en 10 días sacar agua de 109 metros de profundidad y, a partir de ese momento, 250.000 litros por día para su uso. Nunca habían tenido agua en 113 años. Llevaron además puertas, aberturas y material y construyeron 3 baños que nunca los tuvieron, aulas nuevas, etc., etc.
Lo espectacular es que después trasladaron a todos estos chicos a Buenos Aires y, en otros lugares, los hicieron conocer un canal de televisión (el 13).
Es la primera vez que se bañan en una ducha con jabón sin límites de consumo de agua, en una mesa comen con mantel y, sobre todo, sus platos preferidos. Lo que para nosotros es común, para ellos resulta un milagro.
Allá no existen los paros y piquetes. Se cumplen los días de clase religiosamente y, de paso, le suman un ingrediente muy importante que se llama amor.
Mientras miraba este programa me preguntaba ¿Dónde están las autoridades provinciales y nacionales?
El gobernador de esta provincia, por ejemplo, se compró un avión Lear Jet cuyo costo es de 8.000.000 de dólares para uso personal. Sus dos pilotos americanos se alojan permanentemente en el mejor hotel de la capital. El ex intendente de la “Madre de Ciudades”, está preso por robos multimillonarios.
El Ministerio de Educación, Acción Social, etc., no existen.
Tenemos un Congreso de la Nación donde permanentemente hacen idioteces y lo aprovechan para sacar ventajas personales. Actúan como si fueran barras bravas, subordinados algunos a un individuo que nos está destruyendo como país.
Como argentino y santiagueño, confieso, frente al televisor lloré. Ví la parte de mi país que estos parásitos ignoran y, si no es por la caridad y preocupación de algunos medios como Canal 13, Marcelo y Matías, ni nos íbamos a enterar.
Gracias Marcelo, gracias Matías, Gracias Patricia Sosa, gracias a todos los que, de una forma u otra, ayudaron a que estos sueños se cumplan.
A nuestras autoridades, ojalá esto les dé vergüenza y que trabajen para que esto no vuelva ocurrir. No se pueden quejar de sus sueldos abultados, los cuáles los liberan de toda preocupación y puedan pensar: ¿qué puedo hacer por mi país?
No nos olvidemos de Charata, tiene dengue y no tiene agua; no nos olvidemos de Tartagal: de la droga, la seguridad, la salud y la educación.
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