DE HOMBRES Y RATONES

El personal del Comando Radio Eléctrico tiene hace más de tres meses a 4 de sus miembros en situación de Disponibilidad Preventiva, y la seria intención de los altos mandos policiales, es cortarles literalmente la “cabeza”, ya que cometieron un hecho que estos jefes se animan a juzgar, con total falta de vergüenza.

Para todos los lectores que no conocieron como se desarrollaron los acontecimientos, que pusieron en la picota al personal policial del C.R.E, trataremos de ilustrar, desde nuestra web, para que no queden dudas.

El patrullero que cubría el sector Norte (sector rojo), se desplazó hasta el Parque Aguirre, en un recorrido de prevención. En estas circunstancias observaron sus integrantes, un automóvil Volkswagen Bora color negro, en su interior observaron a dos personas en actitud sospechosa. Al proceder a identificarlos, notaron que se trataba de dos personas de sexo masculino, uno al mando del vehículo y su acompañante, un travesti.

El primero, es propietario de una conocida casa dedicada al rubro Repuestos de automóviles, ubicada en Avda. Belgrano (s), entre Sor Mercedes Guerra y Rodríguez, muy próximo a la ex U.R. Nº 1 Capital, de apellido De…. Al verse apremiado por las circunstancias, este honorable ciudadano les pidió a los suboficiales que “callaran” para no perjudicarlo, puesto que tenía “mujer e hijos”, ofreciendo dinero al personal policial. Como en ese momento tenía poco dinero, les ofrece un anillo de oro en garantía y que al día siguiente pasaran por su negocio para arreglar. Lamentablemente, los policías accedieron a recibir dicho anillo.

Seguidamente, este señor de familia, amigo de otro honorable conciudadano, Comisario Inspector César Ibáñez, más conocido como “Cuchipelo”, llamó a este por teléfono para comentarle su problema. Dicha reunión fue en la base operativa de la Regional 1, en el predio de la ex Terminal de Ómnibus. Hasta allí se dirigieron, y Cuchipelo, enterado de lo sucedido, en primer lugar hizo bajar a la base al patrullero que cubría la zona Centro, para proceder a su identificación, que resultó negativa. Luego hizo lo propio con el patrullero de la zona Norte, siendo allí identificados por De…, se trataban de 2 agentes y 2 cabos, nos reservamos la identificación de los mismos.

Allí entró en escena el Oficial Principal Claudio Urizar, quien hizo el trabajo de “ablande” al personal señalado por el propietario de la casa de repuestos de autos, indicándoles que todo estaba bien, que DE… no denunciaría porque tampoco quería problemas. Que solo quería recuperar su anillo. Tras varios minutos, este oficial, de quien también resaltamos su honorabilidad, logró el propósito encomendado por Ibáñez, que era lograr un “falso pacto” entre las partes, para que todo terminara allí. Un cabo entregó el anillo, firmando así su culpabilidad. Allí, elementos en mano, “Cuchipelo” elevó el informe a fin de terminar con la carrera de los policías involucrados, quienes desde ese momento están en disponibilidad. Pero mientras ello ocurre, Ibáñez y Urizar preservaron el intachable buen nombre y prestigio del señor De..., en perjuicio de sus colegas subalternos.

Podemos decir que el accionar de los policías no fue acertado, que equivocaron el camino, pero: ¿Qué ética tienen Ibáñez y Urizar para hacer lo que hicieron? Detengámonos por un momento a recordar los antecedentes de Ibáñez. Un nulo total en cuanto a teoría y accionar policial.

Hay que recordarle a Ibáñez que cuando él era cadete y otro Comisario Inspector que actualmente presta también servicio en la U.R1 fueron “ECHADOS” de la escuela de policía por no poder aprobar en reiteradas oportunidades las materias DERECHO CONTRAVENCIONAL Y PRACTICA SUMARIAL, Y gracias a la Nina Juárez que ordeno que lo vuelvan al otro cadete, Cesar Ibáñez también se vio beneficiado.” Es decir si lo volvieron a uno debían volver a los dos.

Cabe acotar que este jefe utilizó durante años el uniforme policial para cometer fechorías, y que aprovechó siempre su cargo para sacar ventajas. Recuerden la cantidad de hechos endilgados a este sátrapa.
En cuanto al oficial principal Urizar, sus ex compañeros de Sustracción de Automotores aún lo recuerdan, pero no de la mejor manera. Hizo lo que todos los impunes hacen, manejar dinero en beneficio propio, amparados por los superiores, tanto o más delin… que él.

Desde lucrar con las verificaciones (que muchos hacen por cuenta propia), hasta utilizar el “estampillado” para obtener réditos, pasando por los servicios adicionales del personal y los viáticos. Un gran negocio que todo el tiempo que estuvo en esa dependencia, le otorgó pingües ganancias. Ni hablar de las coimas, eso es un tema aparte. Como se ve, es un funcionario bien completo, hecho a la escuela de Marcelo Pato, y cada “curso” que viene haciendo, los aprueba con excelentes calificaciones.

Y con ese bagaje a cuestas, un va… internacional que nunca pisó una comisaría, pretende erigirse en elemento corrector de otros policías. No se encuentra un calificativo para este oficial. Pero obviamente que no le importó la suerte de sus colegas, equivocados o no, que también tienen familia. Pueden ser sancionados, efectivamente, pero la intención es causarles un perjuicio mayor, basados en el procedimiento espurio de Urizar e Ibáñez. Pero lo importante para Urizar, es quedar bien con la Superioridad, a fin de continuar en un lugar cómodo que le permita seguir en algunos negocios oscuros.

Una verdadera vergüenza, pero ellos no saben el significado de esa palabra, no existe en su léxico, como tampoco las palabras policía, honestidad, moral, ética, camaradería. En la escuela de Marcelo Pato, esos vocablos fueron eliminados del diccionario, so pena de ser excluidos, quienes lo utilicen, del círculo al que pertenecen los delin…con uniforme apañados por el innombrable jefe de policía.
El oficial principal Urizar, un integrante más del staff de Marcelo Pato. Y pensar que sus compañeros de promoción lo recuerdan, ingresando a la escuela de cadetes directamente en 2º año, cabizbajo, temeroso, siempre perfil bajo. Por eso alguna vez los compañeros lo quisieron golpear. Un exponente fiel del gatopardismo, émulo de Omar Quiroga. El clásico tipo que no muestra los dientes hasta el último momento, traidor.

De acuerdo al título de la presente nota, los lectores sabrán inferir quienes son los unos y los otros.