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sábado, 26 de junio de 2010

PUBLICADO POR DIARIO: DIA A DIA.COM de Córdoba( el 26/06/10) y EN SANTIAGO TODO SE SILENCIA‏

La historia de un tipo… Alegre. La Policía Judicial de Córdoba investigó la causa que terminó con el ex intendente preso. Aquí, los detalles.
Eran otros tiempos, el ex intendente sonreía para las notas, pero había oculta en el espejo otra cara que se desmorona.

¿Cuál fue el camino que debió recorrer Julio Alegre desde la pobreza extrema hasta la riqueza obscena? Eso es lo que se preguntan desde hace meses los investigadores santiagueños y cordobeses que siguen la pista del presunto enriquecimiento ilícito del ex intendente (ahora preso) de la ciudad capital de Santiago del Estero.

Un hombre que pasó de comer en una cocina con piso de tierra, a ser cliente habitual del Hotel Faena, de Puerto Madero, y del Llao Llao, en San Carlos de Bariloche. Un remisero que, tras convertirse en puntero político y concejal, dejó de mirar “tele” acostado en el sillón desvencijado de la casa donde sus padres vivían en la indigencia, para terminar teniendo seis plasmas separados en los diferentes ambientes de la mansión que compró. Un esposo que tuvo cuatro hijos con Catalina, su mujer, pero después empezó a ser visto descaradamente acompañado de la bella y codiciada María Cecilia Vittar, la escribana que primero fue su amante y, finalmente, la arrepentida que lo mandó preso.
Así cambió la vida de este hombre de 40 años, que supo ser el presidente de la Unión Cívica Radical de la ciudad norteña. Este es un acercamiento a una historia de corrupción, que quizá sea también un reflejo de parte de la historia de este país.

El final. Todo se inició en mayo de 2009, cuando un empleado de apellido Villalba -con carácter de ordenanza de la Municipalidad- se presentó en un banco intentando cobrar un cheque cuyo monto, por quince mil pesos, no pudo justificar. El caso recayó en la División Delitos Comunes de la Policía local y derivó en el allanamiento, el 19 de ese mes, de las oficinas de la comuna. Así, se supo que varios empleados del municipio cobraban frecuentemente entre 5 y 50 mil pesos por mes como supuestos proveedores. Por ese entonces la investigación apuntaba a confirmar la existencia de un fraude millonario en perjuicio del municipio, pero iría mucho más allá.

La reconstrucción de la red de corrupción nunca se detuvo y pronto comenzó a surgir en la investigación el nombre de Julio Alegre, el radical que manejaba la Municipalidad. Apenas dos meses después, Alegre fue detenido. Se lo acusaba del delito de “enriquecimiento ilícito” y se instaló la sospecha de una asociación ilícita.
La regla del seis. Dicen que es una regla no escrita, pero asumida en todas las administraciones políticas desde el regreso de la democracia en adelante y refiere a la existencia de la “regla del seis por ciento”. Verdad o mito, se asegura que cuando llega dinero para cualquier obra pública, los gobernantes saben que ese porcentaje del total de la obra puede “redireccionarse” hacia otros rumbos. Muchos bromean que Alegre cayó porque nunca supo de esa “ley”. Es más, en la investigación que se inició en la Justicia se dice que Alegre llegó a dedicar inicialmente el 25 por ciento de esos dineros para “redireccionarlos” y que hacia el final de sus “días de gloria”, ese porcentaje trepó al 50 por ciento.

Lo probado. A medida que la investigación sobre Julio Alegre avanzó, fue necesario probar si el intendente había modificado su modo de vida y cómo lo había hecho. Así fue que la Justicia de Santiago del Estero solicitó ayuda al Tribunal Superior de Justicia y el máximo tribunal cordobés hizo que la Policía Judicial de Córdoba se sumara a la tarea.
Según la información a la que tuvo acceso Día a Día, los trabajos realizados en conjunto con investigadores de Santiago y Córdoba fueron dos. Por un lado, se intentó reconstruir la ruta del dinero del desfalco y por otro, los caminos recorridos por el presunto autor de esos desfalcos. En el primero de los casos se llegó a vincular al negociado con un grupo de 17 funcionarios municipales que estuvieron detenidos (algunos aún lo están) vinculados con la estafa. En lo que se refiere a la “ruta de Alegre”, la Policía Judicial cordobesa encontró varios datos muy importantes. Hay casos en los que el municipio, por ejemplo, recibía del Gobierno nacional un subsidio de 250 mil pesos por mes, que la administración decía destinar a “mantener una plaza”.

Una de las “falencias” de la operatoria de Alegre fue lo que los investigadores cordobeses llaman “su brutalidad”, ya que el hombre dejó demasiadas huellas de su desfalco.
Una especie de rey. -No entiendo lo que me dice, Necesito que usted me lo explique de manera tal que yo pueda explicárselo a un juez. ¿Dígame nuevamente qué hacía acá Alegre cuando venía?- Preguntó, un poco enojado, el integrante de la Policía Judicial de Córdoba que había ido al Hotel Llao Llao Resort Spa, en Bariloche. El representante del hotel tenía al cordobés y a dos fiscales a la espera y parecía no estar muy dispuesto a dar precisiones.
-Voy a intentarlo. Usted sabe que nuestro hotel presta muchos servicios. Sin embargo, desde hace un tiempo se ha inaugurado una nueva ala en la que, abonando un paquete de dinero, usted tiene derecho a un un servicio total.

Es decir, tiene todo lo que pida.
-¿Cualquier cosa?
-Cualquier cosa. Claro, cobramos por ello, por supuesto.
-¿O sea que, por ejemplo, le puedo pedir un teléfono con registro en, digamos… Noruega?
-Exacto. Cualquier cosa. Bien, la persona por la que usted pregunta (Alegre) usó ese servicio y lo hizo en dos oportunidades. Una vez estuvo tres días y la oportunidad siguiente cuatro días. Gastó, en la primera oportunidad, 29.628 pesos y realizó gastos extras por 3.410,40. En la segunda oportunidad, gastó, 33.038,40 pesos.
-Disculpe. Para mí es mucho, pero no tengo con qué constatarlo.
- El cliente que más gastó utilizando ese servicio es un hombre proveniente de Europa del Este. ¿se ubica? Bien, esa persona estuvo alojado 30 días y gastó unos 90 mil dólares.
El informe oficial de Carlos Burgoa, gerente general y apoderado del hotel Llao Llao Resorts SA indicaba que, en promedio, el intendente de una de las ciudades más pobres del país, gastó allí un poquito menos de lo que gastó el mejor cliente europeo. Algo así como 2.500 dólares (9.500 pesos del momento) por día. Pero Alegre no sólo iba al Llao Llao, también era cliente del hotel Faena y del Caesars Park, de Puerto Madero, dos de los hoteles más exclusivos de Buenos Aires. La pasión por viajar (y pagar con plata municipal) también llevó a Alegre a pasar una temporada de 15 días alojado (y pagándole la estadía a un séquito de unas 13 personas) en el Hotel Mantra, de Punta del Este. Allí, según la página web existen habitaciones “baratas” cuyo costo ronda los 400 dólares y otras que se acercan a los 4.000.
Los cruces de llamadas telefónicas indican que fue durante esa estadía en Punta del Este, cuando Alegre conoció a un maletero del hotel, Mauricio Barbajelata, quien sería el testaferro que adquirió en la ciudad costera uruguaya, un lujoso departamento ubicado en la torre Le Parck, frente a la parada 8 de La Brava. El departamento, que en realidad sería de Alegre, está valuado en 800 mil dólares. Para decorar ese departamento, el hombre que creció en la pobre Santiago del Estero, gastó 100 mil dólares contratando a uno de los más exclusivos diseñadores.

De compras. Las salidas de Alegre por Punta del Este fueron antológicas. En la causa hay constancia de un paseo del intendente por las calles de la ciudad, en la que el funcionario fue visto caminando con su familia y cargando un extraño bolso marinero color rojo. Un testigo relató que ese día Alegre pagó en efectivo un equipo de música valuado en 20 mil dólares y después seño, también en efectivo, un Mercedes Benz línea “C”, valuado en 84 mil dólares.
Esas compras dejan en un lugar muy lejano otras pertenencias de Alegre y sus testaferros, como los 12 departamentos en Nueva Córdoba o la casa mansión en la localidad de “El Zanjón”, en Santiago.
En el último allanamiento realizado a la casa de Alegre, la Policía necesitó de tres camiones de mudanza completos, para poder retirar todas las cosas que el funcionario tenía y no podía justificar. Seis plasmas, 42 pares de zapatillas sin estrenar, 12 mil herramientas de última generación y varios pájaros, de especies exóticas.
En la vivienda, ubicada en la zona de El Zanjón, había piscinas, baños con jacuzzis, aire acondicionado en cada una de las habitaciones, camionetas cero kilómetro, cuatro cuadriciclos, y un enorme guardarropa cuyas luces se activaban automáticamente.
Entre otras cosas, se encontró también una nota de puño y letra del remisero, que le solicitaba a su director de Obras en la intendencia, Oscar Farías, que le consiguiera 8 pasajes a Bariloche porque se iba con “cuatro conejitas”. En la misiva, Alegre pedía que le depositaran 30 mil pesos y aclaraba “que no se entere la gilada”. En el lugar se encontraron nada menos que nueve cajas fuertes vacías y, testigos cercanos a la casa, dijeron que en los días previos al operativo vieron salir a varias personas cargando con dificultad entre 20 y 30 maletas.

La platita. En un segundo día de allanamientos, se encontró escondido en una máquina de gim, un fajo de 50 mil euros (en billetes de 500) y otro fajo con tres mil pesos. Para la Justicia santiagueña ha sido clave el testimonio de una mujer llamada María Cecilia Vittar, que habría sido según los medios locales, pareja de Alegre antes de que éste cayera detenido y principal testigo contra él. Esa “arrepentida” decidió -según dicen algunos medios en Santiago- pasarse del lado de los buenos después de disfrutar durante mucho tiempo de los beneficios de la estafa. Alegre permanece preso. El desfalco ha sido probado. Su enriquecimiento ilícito parece ser evidente. Pero, a no ser que se pruebe que lideró una asociación ilícita, es posible que pronto salga en libertad. Nadie cree que vuelva a aquella casa con piso de tierra.

Todo un personaje
“El que suscribe Julio Fernando Alegre, DNI Nº 20.959.962, se dirige a usted (Presidente del Concejo deliberante) y por su digno intermedio a todos los miembros de ese Honorable Cuerpo, al sólo efecto de poner a vuestra consideración la renuncia en forma indeclinable al cargo de intendente de la ciudad capital de Santiago del Estero. La presente decisión se fundamenta en razones de estricto orden personal. Sin otro particular, saludo a usted atentamente”. Esa fue la carta con la que Alegre renunció, en el año 2009, a su cargo de intendente. Había estado tres años al frente del municipio. Su primer cargo político le llegó cuando lo eligieron concejal del entonces intendente Gerardo Zamora. Cuando éste ganó la gobernación, Alegre se convirtió en el sucesor y, aunque nunca contó con el apoyo explícito del radicalismo, Zamora no obstaculizó su crecimiento. En la vida partidaria Alegre se convirtió en presidente de la UCR, cargo desde el cual tuvo tiempo antes de renunciar, para festejar el “voto no positivo” de Julio Cobos cuando se sancionó la ley de retenciones al campo.

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