Los vecinos obligaron incluso a que las autoridades se vieran precisadas a llamar al cuerpo de Guardia de Infantería, ante el temor de que, en cualquier momento comenzaran a llover ladrillos y otros objetos contundentes. Algunos de los gritos que se oyeron en el barrio el lunes a la tarde, apenas los vecinos vieron aparecer al gobernador Zamora y a su hermano Daniel, fueron acusaciones gravísimas, endilgándoles delitos contra el patrimonio del Estado y algún tipo de responsabilidad sobre el asesinato de Raúl Domínguez, el empleado de Rentas que fue hallado muerto y descuartizado, justo cuando se disponía a denunciar la corrupción en la repartición en que trabajaba.
Hubo algunas corridas y sofocones que no pasaron a mayores, de todas maneras, Zamora se vio obligado a retirarse sin lograr su cometido.
El hermano también recibió algunos insultos irreproducibles. Según contaron otras fuentes no faltaron quienes le dedicaron algunos gritos a Daniel Zamora, mayormente referidos a una colección de autos antiguos que sería de su propiedad y a un sonado caso de un accidente automovilístico en el que se vio involucrado hace un tiempo.
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