En el hospital de Añatuya, inaugurado el 28 de abril del 2008 por la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, “se han robado las computadoras de los consultorios, que nunca aparecieron, que además dejaron de funcionar los acondicionadores de aire, nunca se habilitó la central de esterilización, dejando que se deterioren los equipos de autoclave, de óxido nitroso”.
Además “en este momento presenta camas rotas y techos que se llueven, entre otras calamidades que muestran la mala calidad de la construcción de los insumos”.
El dossier también señala que hay “una total falta de compromiso con el mantenimiento de semejante inversión que se hizo con dinero de todos”.
Párrafo aparte para un párrafo que indica que “los escasos contratos de personal que no cubren las necesidades de semejante obra, fueron realizados en el mejor de los casos con la modalidad de locación de servicios, que desde el punto de vista jurídico, no resiste el más mínimo análisis”
.
Como si esto fuera poco, señala que “además se contrató personal bajo la modalidad de subsidios de 300 pesos mensuales, plan Nacer del Banco Mundial, que no permite que se destina todo lo percibido a pago de personal”.
Además, informa que "comenzó a retrasarse el pago de personal, también en estos días se retrasa el pago a proveedores, deudas que hoy alcanzan los 150 mil pesos, en rubros como carne, verdura y pan”, como si este hospital estuviera en los tiempos de la sociedad de beneficencia.
Un somero repaso de lo que se habilitó en presencia de Cristina Fernández, indica que tiene 128 camas de internación común, ocho de cuidados intermedios, seis de terapia intensiva, ocho de internación abreviada, tres quirófanos, cuatro camas de recuperación de anestesiados, dos salas de partos, cuatro camas de preparto, unidad de neonatología con seis incubadoras, además de servicios de radiología, ecografía, mamografía, cardiología, hemoterapia, laboratorio, fisioterapia, guardia, show room, consultorios externos, y todos los servicios de mantenimiento, unidad de esterilización, a lo que hay que agregar el equipamiento completo del hospital.
Estas inversiones superaban ampliamente los 10 millones de pesos a valores de mercado. Empero, el Círculo Médico de Añatuya, en una nota publicada en el diario El Liberal, se preguntaba con qué presupuesto provincial se iba a mantenerlo, con qué profesionales, cuántas enfermeras y quién garantizaba la provisión de insumos y medicamentos.
Preguntas que nunca tuvieron respuestas.
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