Es muy difícil precisar si Miguel Ángel Pichetto sabía o no que la votación terminaría empatada 35 a 35 cuando le ordenó a su bloque bajar al recinto.
También es curioso que la Presidente no se haya inventado un viaje al exterior para que Cobos le cediera la presidencia del Senado a Juan José Pampuro y éste desempatara a favor del gobierno. Aparentemente, los Kirchner y Pichetto se confiaron e hicieron mal las cuentas. Es de prever que el culpable termine siendo el rionegrino, que viene teniendo crecientes cortocircuitos con su jefe.
Lo cierto es que Pichetto anoche ya anticipó cuál será la línea argumental del kirchnerismo frente a la sanción del 82% móvil. El discurso parece ser, “perdimos con Cobos, no con la oposición”. La diferencia no es poca. Si se hubiera impuesto en la votación la mayoría opositora, el golpe hubiera sido más grave para la Casa Rosada. Marcaría más claramente su extrema debilidad en el Congreso y le daría aire, por ejemplo, al Peronismo Federal. En cambio, la derrota debida a una nueva “traición” de Cobos es en alguna medida más soportable en Olivos. La redemonización del vicepresidente les permitiría a los Kirchner disimular la fuga de poder que los va debilitando minuto a minuto. Cobos, por su parte, no tiene más que motivos de alegría. Una vez más, como hace dos años, pasó a figurar como aquello que en realidad no es: el jefe de la oposición.
Ganadores y perdedores
El inminente veto presidencial le restará trascendencia al voto de Cobos, pero no le impedirá reposicionarse en la interna radical, en perjuicio de Ricardo Alfonsín.
Éste no parece ser el único damnificado por el empate en el Senado. La repotenciación del vicepresidente afecta indirectamente a Hermes Binner, aliado de Alfonsín. En tren de proyectar posibles consecuencias, no sería de extrañar que las conversaciones de Francisco De Narváez y Eduardo Duhalde con Cobos se revaloricen a partir de este episodio. En los últimos meses aquél viene descendiendo suavemente en las encuestas. ¿Marcará este episodio una reversión de esa tendencia? Otro ganador de anoche es Daniel Scioli, que crece cada vez que los Kirchner se topan con la fuerza del destino.
Falta una vuelta
Ni bien CFK estampe su firma al pie del decreto de veto, el proyecto deberá volver inmediatamente a la Cámara de Diputados, como establece el artículo 83 de la Constitución Nacional. Allí debe ser nuevamente discutido y votado. Si la oposición consigue los dos tercios, el proyecto pasará al Senado donde los dos tercios a favor son imposibles. Como se ve, el veto no es el final del tema y todavía falta una instancia.
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