La proximidad del calendario electoral hace que tanto en el gobierno como en la oposición empiecen a sacar las cuentas de algunos plazos. Y la realidad es que las cuentas no cierran.
La ley 26.571 de reforma política establece en su artículo 20 que las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias se celebrarán el domingo 14 de agosto del año que viene. Esto es, 69 días antes de las elecciones generales que se realizarán el 23 de octubre. Cincuenta días antes de esta fecha, señala el artículo 60 del Código Electoral Nacional, vencerá el plazo para que los partidos, alianzas o confederaciones registren ante la justicia electoral las listas de los candidatos proclamados. Esto es, el 3 de septiembre.
En este punto es donde surge el problema. Entre la primaria, 14 de agosto, y el cierre para presentar las listas, 3 de septiembre, apenas restan 19 días. ¿Qué pasaría si, como es probable, el escrutinio de las primarias sufre demoras? Se trata de la primera vez que se aplica en el país un sistema complejo como es el de las primarias abiertas. Podrían generarse entonces impugnaciones, pedidos de recuentos de votos, etc. que postergarían la obtención del resultado del escrutinio. Y ni que hablar si la discusión se judicializa. Además, está el requisito establecido por el artículo 45 de la ley 26.571: sólo podrán presentarse en la elección general los partidos alianzas o confederaciones que alcancen el 1,5% de los votos válidos emitidos. Este cómputo será un trabajo extra para el escrutinio. Como se ve, cualquier conflicto que se genere a nivel nacional o en una provincia podría llevar fácilmente a que se llegue al 3 de septiembre sin que los partidos puedan presentar sus listas, sencillamente debido a que los resultados estarían demorados.
La ventaja de adelantar
La posibilidad de que el proceso electoral derive en un escándalo por una incorrecta previsión de los plazos legales, estaría siendo estudiada por el equipo jurídico del kirchnerismo. La carta del gobierno sería plantear la necesidad de adelantar las primarias para que los plazos entre éstas y las generarles sean más razonables. Un adelantamiento de 60 días sería más que suficiente. Es decir, por ejemplo, el 14 de junio. Pero este corrimiento no sería inocuo para la oposición. El 14 de abril tendrían que inscribirse las alianzas y el 24 registrarse las listas. Al gobierno, que cuenta con el aparato del Estado y recursos económicos ilimitados, el adelantamiento le permitiría aventajar a fuerzas menos organizadas como el Peronismo Federal, Proyecto Sur o hasta el PRO. La UCR es tal vez el partido opositor que menos sufriría, porque cuenta en todo el país con un aparato político bien estructurado. La cuestión es que sólo pueden adelantarse las primarias modificándose la ley 26.571. ¿Aceptaría el radicalismo acordar con el gobierno para que haya mayoría en las dos cámaras?
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