El tiempo de la verdad

Para un católico no es bueno desear el mal a nadie, pero para un soldado no hay mejor trinchera que el cadáver del enemigo y en esta mezcla de sentimientos nos encuentra a la sociedad, la noticia política de relevancia. Hoy murió el principal enemigo visible de los militares argentinos, de los productores del campo, de la Iglesia argentina, de los católicos, de los ciudadanos que desean un país organizado, de los políticos honestos. Otros argentinos lloran a su líder, con sincero sentimiento.

Quien llevó adelante la más ominosa acción en contra de la patria, entregando el poder político a los guerrilleros terroristas que atentaron y atentan contra la continuidad histórica de la nación, quien ha desarrollado la más feroz acción corrupta en todo el quehacer institucional; anulando valores y despreciando virtudes necesarias para una mejor convivencia y cultura nacional, deja un legado de posibles nuevos enfrentamientos y discordias.
En otras oportunidades he escrito, poniendo en evidencia, distintas acciones llevadas a cabo por este funcionario, del cual solo Dios sabrá dar su veredicto. De algo estoy seguro y como ya lo dije otra vez, de El nadie se burla. La disyuntiva está en saber si ha tenido la posibilidad de expresar con su último suspiro, la palabra milagrosa que en el Creador, todo lo puede: “Perdón, Dios mío por mis pecados”.
Mucho mal ha hecho y generado desde su gestión. Innegable. Teniendo la oportunidad de gobernar, no aprovechó su momento de intentar unir y pacificar nuestra nación doliente, errática, desunida y necesitada de comprensión y concordia. Su odio y resentimiento fue su “modelo” destacado, ¿seguirá en quienes lo sucedan? Quiera Dios que esta triste situación para muchos y esperanzadora para otros, permita producir un cambio, que nos devuelva una sociedad mejor. La experiencia de los pueblos por sus destacados ciudadanos (por los aspectos que fueran), deben ser aprovechados y servir para mejorar día a día. Solo así crecen, maduran y los sufrimientos vividos no habrán sido en vano.
Hago votos para que la memoria de la historia, sea justa con la figura de Néstor Kirchner, se eviten las distorsiones que generan, como con la nuestra, una nueva mentira. Creo, que los argentinos, a pesar de tantos errores. Nos merecemos otra cosa y aspirar a ser un pueblo en el que todos podamos mirarnos de frente, hermanados, solidariamente, sin bajezas, rencores o resentimientos innecesarios que nos mantengan en el atraso cultural y lesivo a las próximas generaciones.
Ojalá se eviten en estos días la hipocresía o falsedad, en la búsqueda de un sentimiento autentico, honesto, con verdadera actitud de nobleza intelectual, que hoy adolecemos. Aceptando que habrá quienes sus sentimientos de duelo y dolor será sincero y comprender que otros argentinos no sentirán lo mismo y esperaban la demanda de la Patria para un responsable que ya no está. El juicio de Dios será inapelable. A los argentinos, se nos presenta una nueva oportunidad de encontrar un camino alternativo o seguir en más de lo mismo.
De nosotros depende.