Los dirigentes Kirchneristas sin arraigo en la estructura formal del Partido Justicialista lanzaron la idea de “profundizar el proyecto”. Anticipan una pelea interna.
Sin Néstor Kirchner, el conductor natural en el centro de la escena, el rumbo político del kirchnerismo quedó a la deriva. El diagnóstico sembró un enorme interrogante en el seno del gabinete, del peronismo y del sindicalismo, por lo que esos mismos dirigentes esperan el recrudecimiento de una interna cuyo control dependerá sólo de la reacción que pueda mostrar la presidenta Cristina Kirchner.
De ello y del fortalecimiento de la gestión dependerá el operativo reelección 2011, una bandera que ayer mismo comenzaron a levantar los sectores del kirchnerismo más ortodoxo y de los sectores extra PJ.
En medio del dolor y las muestras de apoyo que recibía CFK durante el sepelio del ex presidente en la Casa de Gobierno, el primero en salir a marcar la cancha fue el canciller Héctor Timerman.
Como un impulso necesario y sabiendo del frente de tormenta que se puede abrir, el diplomático aseguró en una nota dio a la cadena CNN que “Cristina buscará su reelección presidencial”.
Timerman pronunció esta frase en la puerta de la Casa Rosada, mientras en su interior el gabinete flanqueaba a CFK al borde del féretro con los restos de Kirchner.
En ese contexto y siendo la primera voz oficial sonó contundente la afirmación de Timerman. Para reforzar esta hipótesis, el canciller sorprendió a otro grupo de periodistas que también estaban en la explanada de la calle Rivadavia de la Casa de Gobierno cuando les dijo: “No hay que reemplazar a Néstor, no se confundan. Nosotros vamos a seguir por el mismo camino y los que apuestan a un cambio se equivocan. Tenemos un programa de Gobierno y va a seguir”.
Lo de Timerman pareció un reflejo necesario que tuvo como objetivo mostrar las primeras reacción del kirchnerismo.
Pero las reacciones y sensaciones que hoy viven en el oficialismo son antagónicas. Por un lado se alinean los kirchneristas que dan por descontados una posible reelección de CFK y por el otro están los más cautos que prefieren ver que rumbo e impronta le da Cristina a la gestión sin Néstor, para luego evaluar las posibilidades.
Los bandos están claramente delimitados. La bandera del operativo reelección la levantan los pingüinos puros, la Juventud K y las organizaciones sociales: gran parte de ellos no forman parte de la estructura formal del PJ.
En cambio en el estructura del PJ son más cautos y ven un período de profunda discusión tras acefalía de conducción por la muerte del patagónico.
El denominador común de ambos lados fue el respaldo y alineamiento detrás de la gestión de Cristina. Pero el interrogante se abre sobre la hipótesis de las candidaturas.
Los funcionarios y dirigentes que estuvieron ayer en el sepelio de Kirchner y que fueron consultados por este diario coincidieron en la “fortaleza y carácter” de la Presidenta para seguir con su rol y tomar, de algún modo, las riendas de la conducción de su espacio, que ejercía Néstor Kirchner.
Pero mientras unos ven en ello a una Cristina candidata, en otro sector del oficialismo, y en particular del PJ, ven una primer etapa en la que la mandataria tendrá que mostrarse y ganarse el rol de conducción y líder, que también tendrá que ser ratificado por las encuestas antes de buscar una potencial postulación para su reelección.
Entre los pingüinos del gabinete saben que tiene un gran desafío por delante. Un dirigente que conversa con los integrantes del sector evaluó que se consolidará el eje entre Carlos Zannini (Secretario de Legal y Técnica), Héctor Icazuriaga (SIDE) y Julio De Vio (Planificación Federal) en el cual se apoyará CFK.
Estos tres funcionarios serán los formarán la mesa chica de la mandataria y los encargados de fortalecer y complementar el rol de conductora de Cristina en lugar de Néstor, ya que se tratan de los dirigentes de máxima confianza.
A ellos, seguramente, se sumará el hijo mayor de los Kirchner, Máximo. El líder de La Cámpora, según un funcionario K, tendrá voz y voto en ese grupo.
Con el apoyo del kirchnerismo extra partidario, este sector está convencido en poder capitalizar el fervor y apoyo que se vivió ayer en el sepelio de Kirchner, y volcarlo a la arena política potenciando la figura de Cristina para encarar una reelección.
El rol del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, será gravitante en la relación con los gobernadores y la CGT que conduce Hugo Moyano, pero no se trata de los dirigentes de extrema confianza que se sienta en la mesa chica de la Quinta de Olivos.
Justamente, el debate que se generará puertas adentro del PJ abre el interrogante entre los peronistas que espera ver la reacción de CFK, y si toma la posta del ex presidente.
“Néstor era desconfiado y no delegaba la construcción política en nadie”, admitió un ex funcionario k. La lupa de esta interna estará puesta en la difícil convivencia que tendrán intendentes y gobernadores con Moyano.
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