La creciente inseguridad es un flagelo que atenta contra todos. No se salva nadie, pues la falta de un proyecto de seguridad en nuestra provincia es lo que marca la gestión de las actuales autoridades policiales.
Pero tampoco el gobierno de Zamora tiene una política en la materia, habida cuenta de la falta de expertos en la temática. Es decir, expertos o conocedores existen, pero están olvidados o postergados ya que ese conocimiento juega en contra de los que aparecen como los “sabelotodo” de la policía, es decir Pato, Quiroga, su nefasta plana mayor, y su falsa predica de policía profesional.
Si el gobierno solamente hiciera un repaso de los legajos, vería que hay policías que pueden aportar mucho a la cuestión. Pero lamentablemente, eso parece ser un tema carente de interés. Antes estaban afligidos por las elecciones, ganaron, pero perdieron a la vez. Hoy están más que preocupados por lo que sucederá en 2011. Y por eso quieren la re reelección.
El verso de que lo piden de nuevo a Zamora los distintos sectores, es una farsa más a las que ya nos tiene acostumbrados. La Constitución impide, entonces no busquen fundamentos fatuos, basados en la gente que vive los planes sociales, o los contratos de morondanga que solo sirven para acaparar votos. Eso es clientelismo, algo que alguna vez, Uds. mismos criticaron y denunciaron.
Y en esa sintonía, se mueve Marcelo Pato. La mentira, la desvergüenza, el cinismo. Sólo cabe preguntarse por cuánto tiempo más.
Los exptes judiciales de los 74 policias exonerados sigue su curso. La Cámara ésta solicitando, por tercera vez ya, que Jefatura les remita, copia certificada del libro de guardia del Departamento Personal D-1, y hasta el presente se lo han negado.
¿Por qué? En ese instrumento público quedó constancia de que parte de su plantel, hoy exonerado, estuvo prestando normal servicio durante el acuartelamiento. El pedido es desde el 5 al 10 de septiembre.
Teléfono para Vico González, Juan Campos, y Gustavo Reines!!!!! En ese Departamento siempre se cocieron habas, y de qué manera. Traslados (tanto a conveniencia de unos, como a modo de castigo para otros), modificación de legajos, arreglos de sumarios, cambios de destino para que los atorrantes de siempre puedan cobrar traslado y vivienda, y un sinfín de etcéteras.
Así, hoy se puede ver cantidad de personal, en las distintas jerarquías, que están “a disposición de personal”, la mayoría famosos pero no por cosas buenas. Hasta el nunca bien ponderado Oficial Principal Luis Ariel Pacheco, abogado, escribano, juez de paz, delegado de rentas, bombero y apoderado de SADAIC, completito. Ah, también émulo de Marcelo Pato, ya que también quiso estudiar, pero dejó la universidad “porque no le daban los tiempos”. Más vale, si se dedica a delinquir, y el resto del tiempo a pensar como zafar, es lógico que no tenga tiempo para estudiar.
Toda esa gente cobrando un sueldo de arriba, mientras están haciendo cebo. Nada, absolutamente nada. Incluso, algunos hace más de un mes que están en esa situación, ya que parece que no están de acuerdo con el destino asignado. Sr. Jefe de Personal, tiene una llamada en la otra línea Ud. también…
Esta es la situación institucional. El personal que trabaja, saturado con los recargos. Que en definitiva no sirve, pues los mandan a cuidar quien sabe qué, y la delincuencia aparece en la zona liberada por los altos mandos policiales. Esto fue denunciado largamente ya.
Al resto, plagas igual que los de arriba, solo los tienen de informantes y para “cagar” a los demás. Las mujeres, tristemente célebres, gozan de todos los privilegios (salvo contadas y honrosas excepciones) a cambio de ciertos favores. Los delincuentes, siguen tranquilos, y me refiero a los de adentro.
¿Cómo puede haber seguridad, si adentro de la institución policial, la corrupción es alarmante? Y la corrupción, es también una modalidad delictiva, pero aquí es bien vista parece, porque son unos cuantos los que integran ese círculo de poder, y se conocen entre sí las “cosas que esconden”.
Mientras tanto, en la selva, la gente está expuesta a las “fieras”. Robos, arrebatos, salideras, aprietes, daño, etc., a toda hora del día, sin discriminación de edad ni género, delitos al barrer. Y la policía no aparece nunca. Algunas cositas se resuelven por ahí, pero cuando el hecho está consumado. O sea que el damnificado no recupera nunca lo perdido, ni se recupera del susto ni del mal momento que pasó. ¿Ese es el modelo proactive que menciona Pato?
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