Por Enrique A. Piragini -Los Kirchner se caracterizaron por ser  tan progresistas que no sólo no respetaron jamás el protocolo, ni las  reglas de la Matemática, manipulando a su antojo índices y fondos  públicos y dibujando sus declaraciones juradas patrimoniales, por lo que  resulta -para ellos- un mero detalle carente de importancia encarar la  teatralización de un velatorio sin requerir cadáver alguno.
Nadie puede dudar que en el hermoso féretro visitado por tantos  “argentinos y argentinas” NO se hallaban los restos mortales de Néstor  Kirchner.
Como en el cuento del pastor y el lobo, de tan mentirosos que son los  K nadie les cree. No sólo se duda de la muerte de NK, sino que -de  haber sucedido- hay sospechas sobre la causa del deceso. Los caminos se  van bifurcando: ¿está vivo o falleció? Si falleció, ¿fue por causas  naturales o violentas? Si fueron causas violentas, ¿se suicidó o lo  mataron? Si lo mataron, ¿fue por abandono de persona o lo asesinaron?
En un país normal, con gobernantes “normales”, jamás se evaluarían  estas raras circunstancias, pero en la Argentina kirchnerista todo es  posible, como en la Dimensión Desconocida.
Nótese que se ha sugerido que los KK son judíos, lo cual justificaría  lucir el cajón cerrado, pero resulta llamativo que se hubiese convocado  -según versiones de los allegados al matrimonio presidencial- al  párroco para que le diese la extremaunción. Raro además por cuanto los  KK fueron enemigos declarados de la Iglesia Católica.-
Extraño también que se haya adquirido una parcela en el cementerio de Río Gallegos con 20 días de anticipación al “deceso”.
Sugerente que el matrimonio regente haya viajado a “su lugar en el  mundo” justo cuando Néstor estaba por dilucidar quién asesinó a Mariano  Ferreyra, el joven militante del Polo Obrero, habiendo adelantado -el ex  presidente- conocer al asesino, prometiendo “novedades”.
Un dato llamativo es que NK haya mudado su domicilio a Río Gallegos.  Algunos supondrían que fue para estar en condiciones de presentarse como  candidato a gobernador. Nada más alejado de la realidad, pues siendo  oriundo de Santa Cruz no necesitaba de ello, y por otra parte no  llegaría con el tiempo mínimo de residencia previa, si fuera el caso de  suponer este disparate.
Por mi parte, creo que se preparó el terreno para una “desaparición  digna”, ¡pues una fuga sería muy mal vista! Peor aún, ¡un futuro entre  rejas y con dinero decomisado!
El cambio de domicilio obedece al hecho de dar lugar a la justicia de  aquella zona para intervenir en cualquier investigación sobre la  “dudosa muerte” del caudillo, y por el mismo ardid tramitar allí los  autos sucesorios que seguramente serán amañados para ocultar el enorme  patrimonio -muy mal habido, en su mayor parte- integrante del acervo  hereditario.
Obviamente en esos autos sucesorios naufragarían los reclamos de  “herederos y acreedores” ajenos al núcleo familiar oficialmente  reconocido. Vale recordar algunas investigaciones llevadas adelante por  sagaces periodistas como Chistian Sanz, sobre el supuesto hijo  extramatrimonial de NK, el joven Mariano Perrone, y de Eliana Toro,  sobre Carolina Pulqui, joven discapacitada que sería hija de la  presidente CFK, aunque de otro progenitor.
Más que llamativo resultó que se utilizara en el velatorio del ex  presidente un cajón sellado y cerrado de tal manera que no pudo verse el  rostro del supuesto fallecido, como también resulta inexplicable que se  utilizara el ámbito de la Casa Rosada a contramano del protocolo que  señalaba al Congreso Nacional para la ocasión.
Ni siquiera una fotografía del cadáver, que al resultar consecuencia  de una enfermedad no habría imposibilitado la exhibición del mismo.  Taxidermistas y maquilladores sobran en la administración kirchnerista.
Sugiero que para preservar eventuales derechos de esos -u otros-  supuestos descendientes no reconocidos y no borrar las huellas de alguna  muerte violenta, se impida cremar los hipotéticos restos mortales que  han de alojarse en el Mausoleo especial y vertiginosamente preparado  para recibir el cajón itinerante exhibido en la casa de gobierno.
De haber fallecido NK podría entenderse la inconveniencia de  trasladar sus restos para luego ser regresados al lugar del fatal  desenlace y última morada, pero la burla a la buena fe de aquellos que  concurrieron convencidos que homenajeaban al líder que suponían envuelto  en el ataúd acariciado por la presidente y sus hijos, sería  injustificable.
La tolerancia y bonomía de quienes encarnaban la oposición al ex  presidente resultan tan hipócritas como sugerentes, o son tontos o están  en connivencia, ya que nadie dijo públicamente lo que realmente pensaba  del ex presidente ni se preguntó por qué no se mostró al pueblo el  cuerpo del mismo.
El 27 de octubre terminó una historia y comenzó una leyenda,  semejante a la de David Graiver y Alfredo Yabrán, obligando a comparar  sus “desapariciones” con la brutal y documentada muerte de Mario  “Malevo” Ferreyra, en vivo y en directo por Crónica TV.
Aquellos tres tenían como denominador común una incalculable fortuna  de dudoso origen, su dinero estaba oculto tras testaferros y en paraísos  fiscales, también tenían a su alcance los elementos humanos y  materiales para pergeñar el inmenso fraude perfecta y maquiavélicamente  urdido para burlar a la Justicia y a sus damnificados.
Nihil novum sub sole (“No hay nada nuevo bajo el sol”). Eclesiastés (1-3, 1-9, 1-10)
* Presidente de A.R.I.E.L. ong
 

 
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